La clave fue la diferencia entre lo que transfirieron al extranjero y lo que reportaron en México a Hacienda.
En la carpeta de investigación FED/SEIDF/UEIDFF-CDMX/0000452/2019, de la que tengo copia, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda explica que esos movimientos financieros dispararon la alerta porque no venían respaldados por pedimentos de importación ni se especificó el motivo de las operaciones.
Así, pues, entre los años 2013 y el 2020, Guillermo “Billy” Álvarez, directivo del equipo de futbol Cruz Azul, movió más de 1,200 millones de pesos a España y Estados Unidos. Esto con sus declaraciones fiscales: entre 2013 y 2019, declaró ingresos por aproximadamente 56 millones de pesos. Veinte veces menos.
La denuncia del gobierno federal mexicano agrega que de 2015 a 2020, “Billy” Álvarez movió casi 19 millones de pesos por medio de 275 cheques interbancarios. De ellos, 98 fueron firmados a su propio nombre por una cantidad superior a los 6 millones 200 mil pesos. Otros 17 se emitieron a nombre de su hija Rosalyn Álvarez por casi 9 millones de pesos. También hay registro de 40 cheques emitidos a la tienda departamental El Palacio de Hierro. “Existe una alta probabilidad de que las propiedades se hayan adquirido con recursos que pudieron originarse de los aparentes desvíos de dinero de la Cooperativa La Cruz Azul”, determina la UIF.
Otra de las operaciones sospechosas es la adquisición de propiedades en Estados Unidos por parte del presidente del Cruz Azul, su hermano José Alfredo y su cuñado Víctor Manuel Garcés. Ya en estas Historias de Reportero habíamos adelantado algo de eso en diciembre pasado, lo que motivó una demanda de “Billy” Álvarez en mi contra diciendo que todo era falso. El asunto cayó por su propio peso: ya con la indagatoria oficial de la UIF, se denuncia que entre 1998 y 2018 Guillermo Álvarez compró once propiedades: seis en Florida, dos en Nevada, dos en Oklahoma y una en Colorado. Equivalen a 75 millones de pesos. La UIF alerta que “las compras de propiedades no resultan acordes a su perfil económico pues no se aprecia ningún ingreso adicional a sus sueldos y salarios”.
Cosa similar sucede con el hermano, José Alfredo Álvarez. En 2013 adquirió un inmueble en Nueva York por 6 millones de pesos, pero ese mismo año declaró en México ingresos totales por un millón y medio de pesos.
También Víctor Manuel Garcés, quien a decir de la investigación gubernamental, también en 2013 compró dos inmuebles por casi 21 millones de pesos, pero declaró ingresos por menos de 4 millones. La UIF detectó que en noviembre de 2014 Garcés abrió un fondo de inversión familiar (puso como cotitular a su esposa y como beneficiarias a sus hijas) por 138 millones de pesos, muy por encima de los 16 millones que declaró a Hacienda. Según se explica en el expediente, a Garcés también le detectaron que gastaba todo lo que le depositaban en sus cuentas, lo que la UIF denomina como “falta de permanencia”, dice: “característica de las personas dedicadas al lavado de dinero”.
historiasreportero@gmail.com