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Luego de muchos años de vivir y convivir con un movimiento guerrillero que se volvió icónico en America Latina , todo parecería indicar qué hay una luz al final del camino.
El proceso de paz , empujado por el aún Presidente Santos , a pesar de los muchos puntos de mejora que puede tener, parece ser esa esperanza. Los acuerdos de paz significan la desmovilización de miles de personas que vuelven o volverán a la vida civil, significan una disminución de la criminalidad con índices impensados hace 20 años.
El proceso de paz, los acuerdos de paz, son ese sueño tantas veces acariciado por millones de colombianos que esperaban con ansia el fin de un conflicto que les arrebataba la mitad del territorio.
Sin embargo, es justo en este punto donde radica la mayor paradoja a la que se enfrenta el país en el presente, pero sobre todo en el futuro. Cualquier Presidente antes de Santos gobernó solo un 52% de Colombia , quedando fuera, ni que caso tiene decirlo, los territorios ocupados por las FARC . Espacios que, visto en retrospectiva habían estado protegidos de la devastación y de la deforestación que hubieran sufrido de no haber estado la guerrilla.
Esa mitad de país, todas esas zonas boscosas, forestales, permanecieron bajo conservación -muy probablemente de manera no intencionada- gracias a las armas y a la droga que circulaban por ahí.
Cobijados en las copas de los árboles, los miembros de la guerrilla podían mantenerse ocultos y realizar sus actividades de manera discreta, protegidos de satélites indiscretos que, sin los árboles, habrían delatado rápidamente su ubicación.
Hoy, firmados los acuerdos y andando el proceso se terminó la protección inintencionada. Los bosques son ahora espacio libre para la explotación forestal, para la deforestación, para el ganado, la mineria o el fracking. Hoy, los bosques como lambíamos han sufrido un proceso de deforestación que no se había visto antes.
La Paz ha traído devastación para los bosques colombianos. Y entre más paz y más desmovilización mayor la amenaza para los bosques. El reto para el próximo gobierno será responder positivamente a esa paradoja y superarla.