En el transcurso de las próximas horas, la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena dará a conocer el resultado del análisis emprendido para determinar si existe alguna denuncia o elemento de carácter jurisdiccional que impida al líder minero Napoleón Gómez Urrutia ser candidato plurinominal al Senado por esa formación política. Y más le valdría a Andrés Manuel López Obrador aprovechar esa coyuntura de carácter estatutario, para liberarse de una vez por todas de un asunto que le ha hecho más daño en su imagen, que los beneficios que el cuestionado cacique sindical podría darle en términos de votos.

La inclusión de Gómez Urrutia en la lista de Morena al Senado no sólo generó un amplio repudio ciudadano por la inevitable vinculación del líder a las prácticas abusivas y corruptas del charrismo sindical del PRI. También fue motivo de severas críticas de los empresarios regiomontanos que se reunieron el lunes pasado con el candidato presidencial de Morena. Pero causó, además, un diferendo interno de peso, cuando Tatiana Clouthier, la coordinadora general de la campaña de AMLO , hizo saber que no estaba de acuerdo con dar impunidad a Gómez Urrutia por la vía de una senaduría y que tal desacuerdo se lo había hecho saber personalmente al mandamás de Morena.

Por si lo anterior no fuera suficientemente grave, Gómez Urrutia sí tiene procesos jurisdiccionales pendientes, aunque sus abogados lo nieguen. Es más: hay un laudo reciente de la autoridad laboral que le obliga a devolver a los trabajadores mineros los 54 millones de dólares del famoso fideicomiso que habría manipulado a su favor.

En el Gran Angular de EL GRÁFICO publicado el 29 de abril de 2006 (Napito y la danza de los millones, http://archivo.eluniversal.com.mx/columnas/57313.html), le dimos a conocer la ruta que siguió el dinero del fideicomiso. La historia es así en términos sucintos:

El 4 de marzo de 2005, Napito instruyó a Scotiabank a extinguir el fideicomiso por 55 millones de dólares a favor de más de 7 mil 300 trabajadores de Minera México, filial de Grupo México . Ese patrimonio, perteneciente a los trabajadores, lo traspasó a cuentas del Sindicato Minero en instituciones bancarias y casas de bolsa, a cuentas bancarias de Napoleón Gómez Urrutia, sus hijos y familiares, y a la Federación Internacional de Trabajadores de la Industria Metalúrgica. Lo anterior dio origen a que los trabajadores del sindicato minero demandaran la restitución de ese dinero.

Marco Antonio del Toro, abogado de Gómez Urrutia, ha declarado en repetidas ocasiones que este tema está resuelto en favor de su representado, ya que era dinero del sindicato no de los trabajadores, que debería ser lo mismo, pero no es así.

A contrapelo, ese juicio laboral fue resuelto en favor de todos los trabajadores. El laudo, según nos informan, está listo desde agosto pasado con la resolución de que Gómez Urrutia devuelva a los trabajadores los 55 millones de dólares.

Consultada al respecto, la autoridad laboral que encabeza el secretario del Trabajo, Roberto Campa Cifrián, no confirmó ni desmintió la versión. Es probable que Campa se refiera al tema —si es que se lo preguntan— en la conferencia de prensa que dará hoy en Los Pinos junto con el vocero del gobierno, Eduardo Sánchez. A su vez, la parte patronal, encabezada en este caso por Industrial Minera México y Grupo México de Germán Larrea Mota Velasco, confirmó que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje ya emitió el laudo de marras en el que Gómez Urrutia y su sindicato han sido condenados a pagar a ex trabajadores los 54 millones de dólares del fideicomiso minero, más los intereses.

Pero no sólo ese asunto está pendiente, pues existen cinco juicios mercantiles promovidos por los trabajadores, que están en proceso de que se dicte sentencia en los tribunales de la Ciudad de México.

Por eso le decía: más le vale a AMLO deslindarse de Napito . No sólo se quitaría un alacrán de encima. Se vería objetivamente receptivo de los reclamos de la gente.

INSTANTÁNEAS. 1. AMARRES. Por cierto, López Obrador siguió su recorrido por el norte del país. Ayer en Saltillo estuvo prácticamente todo el día acompañado por su coordinador en la zona, Ricardo Monreal, con quien, se dice, amarró que su suplente en la lista pluri al Senado sea Alejandro Rojas Díaz Durán.

2. JALONEOS. Aunque Margarita Arellanes ya fue bajada de su aspiración por un escaño para Nuevo León por la coalición Juntos Haremos Historia, el que se alió con ella para tratar de arrebatar el municipio de Guadalupe fue Alberto Anaya, el mandamás del Partido del Trabajo. Además, sumaron al ex panista Arturo Benavides, ex socio de Arellanes y ahora petista. Malo que AMLO no esté enterado de esto y soslayar que la esposa de Anaya está prófuga de la justicia neoleonesa por acusaciones de desvío de cien millones de pesos. Este asunto podría afectar severamente a la coalición en Nuevo León.

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