Se ha iniciado el último año del sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Las experiencias de finales de sexenio nos recuerdan episodios muy complicados, con crisis económicas o políticas, como 1982, 1988, 1994-1995. En 2000 hubo una transición tersa, en 2006 un gran conflicto poselectoral; en 2012 un grave saldo por la guerra contra el narco, y en 2018 una crisis de hartazgo que generó un realineamiento político-electoral.
En experiencias pasadas hubo un clima de reacomodo político, de proyectos de país enfrentados y una dinámica de continuidad y cambio. En algunas ocasiones el ambiente político estuvo enrarecido, con niveles de polarización y desencuentros. Hoy la polarización es definitoria porque alimenta a los dos grandes bloques que compiten por el poder, el oficialismo de la 4T con AMLO al frente, y la oposición agrupada en un frente que no termina de levantar cabeza después de la enorme derrota electoral de 2018.
A lo largo de estos años ha existido un enorme vacío opositor y la coalición gobernante se ha vuelto la fuerza hegemónica, hemos regresado a un régimen de partido dominante. Durante los años de la transición (1997-2000), la competencia y la pluralidad fueron desmontando poco a poco un sistema de partido hegemónico para instalar las alternancias en todos los niveles de gobierno. A partir de 2018 el partido (movimiento) Morena ha logrado ganar en las urnas, junto a sus aliados, 23 estados del país; es la fuerza mayoritaria en el Congreso, controla el presupuesto y domina la agenda pública y legislativa. Ese enorme poder le da ventajas considerables para ganar de nuevo la Presidencia en 2024. El liderazgo presidencial es una pieza fundamental de este entramado de poder.
En el ámbito económico se ven buenas noticias y expectativas de futuro positivas: ha habido un crecimiento económico de 3.6% en el primer semestre de este año, la inflación va a la baja, el tipo de cambio se mueve en rangos todavía bajos y la inversión extranjera directa es 41% superior al primer semestre de 2022. Los últimos datos sobre la pobreza dejan ver que hay una disminución importante, a pesar de que los niveles de pobreza extrema permanecen estables.
La conferencia mañanera de AMLO es la ventana de comunicación política desde la que marca la agenda, apuntala su narrativa y le permite obtener una aprobación alta. En una encuesta reciente de El Financiero (2/10/2023), se ve que tiene aprobación en las políticas sociales y en la persona del presidente, pero es reprobado en varias políticas muy importantes: un 58% lo aprueba, pero lo reprueba en materia económica con 52% opiniones negativas, así como en seguridad 67% y en corrupción 47%, también lo reprueban. En días recientes hubo varios momentos complicados y polémicos, como el aniversario del 2 de octubre y los 9 años de Ayotzinapa, en donde AMLO ha defendido de manera directa a su gran aliado, las fuerzas armadas, y desde su mañanera ha descalificado cualquier posición crítica e independiente. El presidente ha construido una suerte de versión mexicana de la “banalidad del mal” de Hanna Arendt, porque afirma que la responsabilidad es del que da la orden, no del Ejército que obedece. Con su popularidad se considera blindado para ejercer un hiperpresidencialismo en donde debilita los contrapesos, ya sea en el Congreso, donde tiene mayoría, pero sobre todo en contra del Poder Judicial, que se ha vuelto el contrapeso más importante; ataca de forma constante a su cabeza (la ministra Piña), y ahora con el presupuesto quiere extinguir 13 de 14 fideicomisos, que representan recortes de unos 15 mil millones de pesos (EL UNIVERSAL, 5/10/2023).
El sexenio de AMLO es un rompecabezas: con partes positivas, como su política de aumentos al salario mínimo, la universalización de la pensión para adultos mayores y otros apoyos y transferencias; con áreas debatibles como sus grandes proyectos del tren maya y Dos bocas; con piezas muy negativas como su poco respeto a la legalidad y el ataque a los órganos autónomos; con áreas muy críticas, como el empoderamiento de los militares y la violencia creciente. Con estos y otros elementos se tendrán que evaluar los años de López Obrador…