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Es necesario transformar la cultura del mexicano para que ésta sea “totalmente intolerante” a la corrupción, consideró el presidente del Consejo Directivo de The Aspen Institute México, Juan Ramón de la Fuente.
El también ex rector de la UNAM agregó que más allá de imponer sanciones, es necesario hacer una transformación de fondo puesto que los valores se han perdido.
“Si hay intolerancia a la diversidad sexual, podríamos pensar en sustituir ese tipo de posturas por una intolerancia a la corrupción. Que sea una cultura completamente intolerante frente a la corrupción, con señalamientos específicos de la sociedad hacia los corruptos”, señaló.
Lamentó que se hayan perdido los valores y señaló que el sistema educativo los dejó fuera ante la idea de que están relacionados con la religión. “Sin valores no vamos a ningún lado: no hay ciudadanía, no hay liderazgo que valga, no hay autoridad. En algún momento en la misma sociedad mexicana se nos perdieron (...) Tendríamos que empezar a revisar lo que en el sistema educativo hemos dejado de hacer o lo que podríamos hacer para recuperarlos”.
De la Fuente participó ayer en la apertura del foro Ética y Cultura Cívica, Convivencia Armónica: ¿Cómo Llegamos a Donde Estamos y Cómo Avanzamos?, organizado por la Universidad del Valle de México Y The Aspen Institute México.
Dijo que las universidades deben tomar parte central en la formación de los estudiantes porque los mexicanos “somos mucho más intolerantes de lo que nos gustaría aceptar”.
Durante el foro, el director de la fundación Este País, Federico Reyes Heroles, destacó que existe una crisis en la transmisión de valores, puesto que los medios de comunicación han sustituido a la familia como el primer vehículo para el aprendizaje y la formación en el tema.
Lamentó que la ciudadanía en México “es muy débil”. Como prueba de ello, destacó que 27% de los mexicanos estuvo de acuerdo con que un funcionario público se puede aprovechar de su puesto, mientras que 21% coincidió con que violar la ley “no es tan malo”, sino que lo “malo” es ser sorprendido, de acuerdo con un estudio que elaboró la fundación.
“La política laica es laica”. De la Fuente respondió a preguntas de los universitarios sobre la crítica que hizo el semanario Desde la fe de la Arquidiócesis de México al presupuesto a los partidos y la respuesta del Instituto Nacional Electoral (INE), que analiza solicitar a la Secretaría de Gobernación que sancione a la Iglesia católica por entrometerse en asuntos políticos.
El ex rector destacó que la democracia “es laica o no es democracia. Todo lo que hemos hablado para fortalecer los valores y los principios al final está orientado a fortalecer una vida democrática con esos valores y principios, que es absolutamente respetuosa y consistente con la libertad de conciencia. El principio es que la democracia es laica o no es democracia”.
El director Anticorrupción del Instituto Mexicano para la Competitividad, Max Káizer, dijo que el éxito del Sistema Nacional Anticorrupción no se medirá en el número de gobernadores presos por corruptos.
“Uno de los indicadores más importantes del funcionamiento de este sistema tendrá que ser si tuvo la capacidad para reconvertir la cultura del servicio público y poner a la integridad en el centro”, afirmó.
Juan Arteaga, director general de la agencia de Relaciones Públicas Llorente & Cuenca México, dijo que hoy las compañías están viviendo en la era de la hipertransparencia, donde todo lo que hacen es susceptible de hacerse público.
Irma Sandoval, investigadora de la UNAM, señaló que desde 2016 el costo de la corrupción ha aumentado hasta llegar a siete veces el presupuesto de la Sedesol.
Carlos Hernández, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, dijo que no basta tener acciones honestas “en algunos casos”, sino que debe ser parte del ADN de las instituciones y de las personas.