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La apariencia, la forma de vestir o el arreglo personal, el tono de piel, la condición indígena, de género o transgénero, la edad y una discapacidad hicieron que en México una de cada cinco personas se sintiera discriminada en 2017, reveló la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis) 2017, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Pero no sólo queda en ese acto. En los últimos cinco años se encontró que las víctimas de discriminación vieron como consecuencia privados algunos de sus derechos. En total fueron 19.9 millones de personas a las que se les negaron derechos, como apoyos sociales, servicios médicos, atención en oficinas públicas, servicios financieros, y sólo una de cada 10 lo denunció ante una autoridad o institución, dio a conocer Luis Raúl González Pérez, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Para el ómbudsman lo que ocurre en el país es una “discriminación, una distinción ilícita que vulnera los cimientos del sistema democrático”.

La discriminación, afirmó, tiene muchas caras, pero es “una forma de violencia que bajo ningún supuesto o condición debe ser aceptada”.

El ómbudsman nacional aseguró que “los enemigos de México son la pobreza, la desigualdad, la ignorancia, la corrupción, la violencia, la inseguridad y la impunidad, cuestiones cuyo combate y prevención deben ser intereses y prioridades comunes”.

Los datos de la encuesta muestran por primera vez en México las evidencias de cómo la discriminación se agudiza cuando se acumulan características o identidades de grupos que han sido históricamente discriminados.

Ejemplo de esa marginación es la que afecta a la mujer indígena, que se incrementa cuando profesa una religión diferente y además presenta una discapacidad, en esos casos la discriminación aumenta a 51.7%.

Las trabajadoras domésticas son uno de los sectores más vulnerables: nueve de cada 10 destacó que su labor es poco valorada por la gente; 87.7% mencionó que no cuenta con prestaciones laborales; 57.1% de ellas dijo que se respetan poco o nada sus derechos y 39.1% ha sufrido al menos un incidente de negación de sus derechos.

Los resultados de la encuesta que por primera vez en el país mide las actitudes, prejuicios y opiniones, indican que los estados con mayor incidencia de discriminación fueron: Puebla, Colima, Guerrero, Oaxaca y Morelia. Mientras que Nayarit, Zacatecas y Nuevo León tiene la menor prevalencia en discriminación.

El color de piel es uno de los principales motivos de discriminación en el país e influye en las posibilidades de desarrollo de las personas, puesto que los datos indican que entre más oscuro sea el tono, disminuye el nivel de escolaridad.

En las personas con tonos de piel más claros, se encontró que 30.4% tiene estudios de nivel superior, mientras que sólo 16.2% con piel oscura cursaron ese nivel educativo y 22.7% de quienes tienen tono intermedio.

Por género, 56.5% de los hombres fue discriminado por su apariencia, 27.7% por su manera de hablar, 24.8% por su religión, 5.4% por su sexo y 2.8% por su orientación sexual.

Cinco de cada 10 mujeres dijo haber sido discriminada por su apariencia, 32.3% por su religión, 29.5% por su sexo, 16.7% por su manera de hablar y 3.7% por su preferencia sexual.

Cuatro de cada 10 indígenas declaró que fue marginado por su origen étnico, así como 58.3% de las personas con discapacidad por su condición, mientras que 41.7% vivió esa situación por sus creencias religiosas.

Respecto a preferencia sexual, siete de cada 10 de las personas transgénero consideró que se respetan poco o nada sus derechos, así como 65.5% de las personas gay o lesbianas.

Los datos de la encuesta indican que 3% justifica mucho o algo burlarse de alguien en la calle por su tono de piel.

Es en los servicios médicos, la calle, en el transporte público y en su propia casa en donde las personas indígenas y las que tienen alguna discapacidad percibieron haber sido discriminadas en el último año.

Los datos revelaron que la discriminación tiende a vulnerar las garantías de las personas: 23.3% de la población contestó que en los últimos cinco años se le negó injustificadamente algún derecho, como recibir apoyo de programas sociales, atención médica o medicinas, servicios en una oficina de gobierno, algún crédito de vivienda y la entrada a algún negocio.

El presidente de la CNDH destacó que la situación se agudiza en el caso de las trabajadoras del hogar remuneradas, con 39.5%; las personas con discapacidad, 31.2%; quienes no son heterosexuales, 29.8, y las personas indígenas, 29.5%.

“Se agudiza por características”. Édgar Vielma Orozco, director general de Estadísticas Sociodemográficas del Inegi, explicó que a través de la encuesta se detectó que hay sectores de la población que son discriminados por más de un factor relacionado con sus características.

Por ejemplo, 24% de los jóvenes que pertenecen a una población indígena mencionaron haber sido marginados, 4% más que el promedio nacional. Si a esas características se le agrega que la persona profese alguna religión diferente, el porcentaje sube a 34%; si es hombre se eleva a 40%.

Alexandra Haas Paciuc, presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), afirmó que con la encuesta “tenemos por primera vez evidencia empírica de cómo la discriminación se agudiza cuando se acumulan características o identidades de grupos que han sido históricamente discriminados”.

Lamentó que los datos de la encuesta muestran la desigualdad que se vive en el país, así como la magnitud de los prejuicios que afectan todos los ámbitos: familia, comunidades y escuelas, entre otros, por lo que tienen un impacto en el ejercicio de los derechos.

“Los datos de la Enadis nos indican que no hay igualdad en México. No la hay para las mujeres y menos para las que además son transgénero, o para las mujeres mayores. No hay igualdad para los jóvenes y menos para los que además son indígenas. No hay igualdad para quien vive con una discapacidad y menos si esa persona es gay o lesbiana. No hay igualdad para una persona nacida en el extranjero y menos si esa persona además es de un grupo religioso minoritario”.

Mónica González Contró, abogada general de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que la discriminación es un fenómeno complejo que se ha extendido en la población. Afirmó que con los resultados de la Enadis se tiene el diagnóstico sobre el tema y ahora viene la tarea de analizar los datos y su posible traducción en políticas de Estado.

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