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Incorporar al Sistema de Desarrollo Integral para la Familia (DIF) a la Secretaría de Salud no representa un riesgo siempre y cuando el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, virtual presidente electo, especifique qué pasará con las políticas públicas encaminadas a la asistencia social y a la niñez, consideraron expertos consultados por EL UNIVERSAL.

Clara Jusidman, presidenta de Incide Social A.C., dijo que la iniciativa logrará que se deje de ver al DIF como una institución regida por la voluntad de las esposas de los presidentes municipales, de gobernadores y del Presidente de la República.

Consideró que se debe revisar lo que hace el DIF en la actualidad y cada actividad enviarla a la dependencia correspondiente.

La experta aseguró que el DIF ha perdido su sentido de administración pública, derivado en parte de que las esposas de los mandatarios sean las encargadas de su administración, por lo que ve favorable que esta dependencia se centralice, aunque no comparte la idea de que todas sus funciones sean asumidas por la Secretaría de Salud. Propone, por ejemplo, que la administración de los comedores comunitarios sea de la Sedesol.

Invitó al virtual presidente electo y a su gabinete a conocer lo que realmente hacen las instituciones para tomar decisiones.

Rodolfo de la Torre, director de Desarrollo Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, dijo que hay que esperar a que se establezcan las funciones del DIF como un órgano centralizado a la Secretaría de Salud para cuestionar lo planteado por López Obrador.

“Que el DIF esté dentro de la Secretaría no representaría un cambio mayor, simplemente tendría una rectoría diferente; lo que podría ser un cambio importante es el contenido de las políticas públicas que tengan que ver con la niñez”, indicó.

Nelia Tello, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comentó que esta integración le quitaría centralidad al DIF, y que la administración de López Obrador deberá presentar un plan integral para saber cuáles serán las políticas que se implementarán en favor de los niños y de la asistencia social.

“Creo que [el] DIF no debería de pasar a ser un órgano más de una institución tan grande como es Salud (...) porque muchas cosas están bajo la responsabilidad de Desarrollo Integral, pero no veo la relación en que no haya una primera dama que se encargue de la presidencia honoraria con el hecho de que se cambie de organigrama”.

Comentó que el DIF es una institución con carencias, “lo que no queremos es que éstos [los cambios] se vean desde una perspectiva parcial, fragmentada o administrativa sino desde una institucional y no sólo como un ahorro de dinero sino convertirlas en instituciones más eficientes y eficaces”.

Juan Martín Pérez, de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), mencionó que al incorporar al DIF a la Secretaría de Salud, “este organismo no tendría que perder su naturaleza”.

“No es una decisión que se haga por decreto, se deberán modificar varios apartados de ley, no hay que olvidar que existe una Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes”, indicó el experto.

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