Mérida, Yucatán

A los 14 años sufrió un grave accidente al tirarse a una alberca que tenía poca agua y quedó parapléjico, pero para René Ledesma Abdalá lo ocurrido fue simplemente una nueva oportunidad de vida, trabajó en su recuperación en el Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil (CRIT) y ahora, 12 años después, es un empresario que administra varios vehículos Uber como socio de esa plataforma y además es empleado en una empresa local.

De origen veracruzano, Ledesma Abdalá es un ejemplo de dedicación y fortaleza para los mismos directivos del CRIT Yucatán, porque son los médicos, personal de atención, terapeutas y enfermeras quienes le vieron llegar prácticamente inmóvil y con muchos problemas físicos para poder incorporarse a una vida funcional.

No sólo ha logrado hacerlo, sino que además es un deportista destacado que ha representado a Yucatán en varias competencias de atletismo paralímpico y ha creado varios proyectos y fundaciones de ayuda social a comunidades mayas marginadas.

Es un joven que tiene 26 años, que se mueve ampliamente en su silla de ruedas y que puede ejecutar cualquier actividad física que se proponga: “Creo que estoy en condiciones de apoyar a mi país y a Yucatán, que es la entidad que me cobijó cuando llegamos a vivir aquí con toda mi familia, por eso trabajo y ayudo a las comunidades marginadas”, relató.

Sumido en adicciones

René comienza diciendo que era un joven inquieto que incluso no tenía mucha conciencia de qué quería hacer en la vida, por eso cayó en el alcoholismo y las drogas a temprana edad, pero el accidente que ocurrió en Ciudad del Carmen, Campeche (durante unas vacaciones), le hizo entrar a una etapa diferente, a la lucha por sanar sus heridas y rehabilitarse.

Llegó al CRIT en condición crítica, prácticamente no se podía mover. Recuerda cómo en esos momentos no alcanzaba a entender qué pasaba, simplemente sentía que no podía mover nada.

Admite que tuvo momentos de angustia y de incertidumbre, de desorientación por no saber qué pasaría a partir de su accidente con su cuerpo y con su vida misma. Su familia vino a radicar a Yucatán porque su padre Roberto Ledesma Millán encontró empleo en una empresa importante de la localidad.

Aquí, en compañía de su madre, Guadalupe Abdalá Pereira y sus hermanos, Eduardo y Korina de 23 y 28 años, respectivamente, también se incorporaron al proyecto del CRIT Yucatán para su rehabilitación.

“No se trata únicamente de la participación de la persona que necesita rehabilitarse, también la familia debe colaborar, ser un equipo y la mía lo hizo, me apoyó en todo y su participación fue fundamental para verme hoy como estoy y soy”, expresó René.

La especialista del CRIT en Mérida, Julia Carrillo Molina, relató a EL UNIVERSAL que René llegó al lugar en malas condiciones. El trabajo a diario y muy esforzado, fue poner mucha dedicación, fe y disciplina.

También reconoció que la familia del joven fue primordial para que lograra rehabilitarse hasta poder mover los brazos y realizar diferentes actividades como lo hace hoy.

A la distancia, el entrevistado asegura no tener tristeza, dolor o rencor por no poder caminar. No añora hacerlo.

Al recibir el diagnóstico médico que fue contundente, la ruptura de la quinta y sexta vértebra de su columna le imposibilitaba volver a caminar, no había nada qué hacer.

Pero René acepta esa realidad: “No fue fácil, ningún camino es fácil, tuve que trabajar, pero con el apoyo de los médicos y el personal del CRIT, y sobre todo mi familia, lo estoy logrando.

“Cada experiencia en la vida hay que tomarla como lo que es, pensar en lo bueno y no sólo en lo malo, yo agradezco tener vida y estar activo, valorar lo que tienes y yo eso hago, valoro cada minuto de mi vida y lo que puedo hacer”.

El joven deportista ganó primero y segundo lugar en competencias de atletismo en silla de ruedas y su meta es seguir practicando para poder representar a Yucatán en otras justas.

Se siente yucateco, parte de la comunidad y por eso su deseo de colaborar y apoyar al estado en diferentes vertientes, en el área social por ejemplo.

Ante su experiencia en el mundo del alcohol y las drogas, hoy transmite el mensaje a otros jóvenes de que ese no es el camino, que drogarse y alcoholizarse no sirve, es sólo una forma de evadir y huir de la realidad: “Hay que valorarse como persona, disfrutar el solo hecho de tener un día más de vida”.

El CRIT, una seria institución

La especialista Carrillo Molina dice que son cientos de historias en el Centro de Rehabilitación de Mérida que se ubica en la zona norte del anillo periférico de la capital.

Ahí se atienden en promedio 350 niños a diario, quienes acuden a sus terapias de rehabilitación a costos mínimos, además de que se cuenta con todo tipo de equipo y lo más moderno en el área de la fisioterapia.

Se trata no sólo de vecinos de Yucatán y sus municipios, sino de entidades como Campeche y Quintana Roo.

La responsable médica del CRIT-Yucatán precisó que en torno a la institución hay cientos de historias de vida, de gente que llega al lugar creyendo que no hay más esperanza u otro camino y es precisamente en esa institución que reciben el respaldo para mejorar las condiciones de vida de sus hijos, de sus hermanos, de su familia en general.

En el CRIT, las instalaciones cuentan con amplias áreas no sólo de rehabilitación y trabajo físico, sino para el deporte que es complemento para mejorar las condiciones físicas de los niños y jóvenes que acuden al lugar.

Ledesma Abdalá relató que el CRIT es una institución de objetivos nobles que ha logrado darle un nuevo sentido a la vida de muchas personas como pasó con él mismo.

Cada vez es mayor el número de personas que recurren a la institución que maneja varios horarios y que tiene incluso un camión de traslado para las personas que no cuentan con vehículo propio: “Es una auténtica labor social y de servicio, es parte de lo que representa el Teletón para ayudar a salvar y rehabilitar vidas”, indicó.

René ha logrado rehabilitar su cuerpo, ya no toma terapias ni fisioterapia en el CRIT, pero es un visitante constante y un colaborador permanente de médicos y personal.

Ha logrado a base de esfuerzo y tesón administrar tres vehículos Uber que tiene bajo su responsabilidad. Es socio de la plataforma y eso le permite “monitorear” y vigilar lo que hacen los vehículos durante varias jornadas de trabajo. Aparte, labora en una empresa constructora local llamada Adi-timper y eso le permite tener ingresos suficientes para sostenerse de manera independiente a su familia.

Gran parte de su tiempo no laboral lo dedica a crear agrupaciones como “Ángeles”, integrada por 2 mil 500 jóvenes que hacen labor social, puesto que se organizan para reunir despensas que distribuyen en comunidades apartadas de Valladolid (oriente), en el sur de Yucatán, y en colonias populares de Mérida.

El joven egresado del CRIT reúne fondos con amistades y voluntarios para poder cubrir esa labor social. Para René, la sociedad mal entiende lo que es un gobierno, y cree y siente que las autoridades son las que deben dar todo: “El gobierno debe ser gestor y administrar los recursos, pero la sociedad debe colaborar, no esperar a que todo se lo den”, afirma.

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