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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
Consuelo Mendoza, presidenta de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), aseguró que tras el sismo del pasado 19 de septiembre, las escuelas particulares han recibido un trato de desprecio y discriminación por parte del gobierno mexicano, debido a que han tenido que pagar grandes cantidades de dinero por peritajes independientes en su infraestructura.
Además, deben esperar a que autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y del gobierno de la Ciudad de México den su aval para que estos planteles reabran.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Consuelo Mendoza señaló que se tiene documentado que hay escuelas particulares en la Ciudad de México que han tenido que pagar hasta 40 mil pesos por peritajes en los planteles educativos para descartar daños y que los estudiantes puedan reanudar sus actividades.
“El trato que se le ha dado a las escuelas particulares ha sido uno de desprecio y de discriminación a la labor que hacen, porque mientras que a las públicas hasta les llevan a los expertos para que hagan peritajes, las particulares tiene que pagar.
“Tenemos pruebas de que han habido escuelas a las que les están cobrando hasta 40 mil pesos más el IVA por el peritaje y, aparte, tienen que esperar ser avalados por la instancia, por la Ciudad de México y también por la SEP”, dijo.
Consuelo Mendoza señaló que debido a esta falta de apoyo por parte de las autoridades educativas y locales, las instituciones que representa deben actuar por su propia cuenta y recursos, así como buscar ayuda para hacer frente ante las necesidades que dejó el sismo” de magnitud 7.1.
La presidenta de la UNPF apuntó que, a pesar de tener que salir adelante con sus propios recursos, las instituciones de enseñanza privada tienen el interés de seguir brindando educación para miles de estudiantes, y “a pesar de que muchos de los planteles tuvieron pérdidas totales o de consideración, están viendo opciones para seguir operando, como dar clases en otros planteles de ellos mismo, o lugares que les han prestado para que los estudiantes pierdan el menor número de clases posibles. Esto a pesar de no tener el apoyo de las autoridades”.
Aseguró que el movimiento telúrico ha despertado un sentimiento de solidaridad y de apoyo en la sociedad mexicana, por lo que esto también se debe de manifestar en el trato más igualitario entre la educación pública y las privadas, puesto que, dijo, la educación es la columna vertebral para el desarrollo del país.
“Debemos unir esfuerzos para que nos unamos y trabajemos por el bien de los niños, debemos cooperar para que los estudiantes regresen lo antes posible a las escuelas, sean públicas o particulares, porque somos una sola comunidad, donde se encuentran directores, maestros, estudiantes y padres de familia.
“Los jóvenes millennials nos han dado un gran ejemplo de solidaridad ante el terrible sismo y es algo que debemos tomar como ejemplo”, comentó.