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En la recta final de su mandato, el alcalde de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Juárez, comenta que tres años es poco tiempo en el gobierno municipal para el que quiere trabajar; él simpatiza con la idea de la continuidad. No descarta participar en las elecciones que vienen por un periodo más. “No sé, pero no me cierro a las posibilidades”.
Está contento con los resultados de sus primeros dos años de gestión, porque —dice— cumplió las promesas que firmó en campaña. Ha conseguido sacar a la ciudad del “bache financiero” y del bache literal en el que se encontraban las calles. “Ahora tenemos un Centro Histórico limpio y con más turismo”, resalta.
El edil perredista afirma que adelgazó la nómina municipal, con 600 empleados menos, redujo de mil 300 a 800 millones de pesos la deuda pública que dejaron las dos administraciones anteriores y concretó la pavimentación de 200 calles.
Admite que la reelección es positiva. “Si hay un seguimiento, qué bueno. Aquí cuando hay continuidad, hay avance”. La capital necesita mucho trabajo, “no quisiera irme sin antes haber dejado mi ciudad con un mantenimiento de primera”, señala.
En su escritorio sobresale la estatuilla de un caballo plateado y un reconocimiento que recibió hace unos días de la revista Alcaldes de México por ocupar el primer lugar en “Mejores Prácticas de Gobierno” por finanzas sanas y transparencia.
En esta entidad gobernada por el priísta Juan Manuel Carreras, el edil asegura que a quienes hablan de su gobierno les ha callado la boca con trabajo: “Esta es una empresa de servicio y hay que darle servicio a la ciudadanía, ¡y bien!, para eso nos pagan”.
Destaca la buena relación que tiene con el mandatario estatal. “No estamos peleados con el gobierno del estado, sino todo lo contrario”, dice.
“Con el gobernador me llevo muy bien, caminamos de la mano en cuestión de seguridad y educación”. Dice que Carreras implementó la Policía Metropolitana Estatal, con la que apostó a que bajaran los delitos.
Es lunes por la noche, Gallardo coloca a un lado un folder y la pluma que empuña: “Soy empresario, no político, si fuera político de carrera a lo mejor a las tres [de la tarde] estaba comiendo; a mí me gusta que mi administración camine como relojito y para eso debo estar al pendiente, no delego muchas de mis responsabilidades, me gusta hacerlo personalmente”. Lleva en su oficina 13 horas continuas, así es diario.
Ahorro y programas sociales
Gallardo, empresario avicultor, de la construcción y del transporte, explica que ha logrado reducir los pasivos del ayuntamiento con ahorros y “negociando las deudas con los proveedores”. Acordó liquidaciones de gente con cargos secretariales que tenía “sueldazos” de 30 mil pesos y la permanencia de funcionarios con salarios acordes a su puesto. “[Esto] ha servido para hacer más obra, más programas sociales e ir bajando deudas”.
También ha encaminado su proyecto hacia la plantación de 100 mil árboles por año. “Estoy en una dinámica de forestación, traemos ahorita en siete meses 80 mil árboles plantados; mi ilusión es que al menos tengamos dos árboles por persona, para cambiar la cuestión climática”.
Admite que la aplicación de programas sociales sobre todo en la periferia ha propiciado que críticos lo llamen populista, pero, “¡qué más da!, cuando la gente necesita esos beneficios”. Desarrolló programas para Madres Solteras, Becas Escolares, que consisten en darle al niño de buen promedio de Primaria y Secundaria 700 pesos y una despensa grande, Apoyo Invernal, atención para gente de la tercera edad, ayuda alimentaria; Purificadoras de Agua, Tortillerías, además de los programas del Ramo 33. El agua se entrega de forma gratuita en garrafones, al igual que las tortillas.
El municipio proporciona ayuda a 6 mil madres solteras para dejar a sus niños en alguna guardería mientras siguen estudiando o trabajan.
Gallardo presume la transparencia de su gobierno, en el que el contralor fue puesto por el PAN, y “yo encantadísimo que me estén ayudando a supervisar a toda mi gente”. Está en contra de los “moches” en los que han implicado a algunos diputados y alcaldes. “No es el caso de aquí, se ha trabajado bien, salimos bien en nuestras cuentas públicas”.
