De 2014 a la fecha, a partir de la implementación del Programa Nacional de Convivencia Escolar (PNCE), en el país se ha reducido en 20% la percepción de conductas violentas y ha mejorado en 27% la percepción del clima escolar , señaló la Secretaría de Educación Pública .

Desde su instrumentación, el programa mejoró en 27% la percepción del clima escolar , y evidenció una caída de 20% en la percepción de conductas violentas .

“Un niño resiliente, es capaz de tener empatía con otros; solucionar y decodificar en forma positiva, y será, por definición, un niño que sepa respetar las reglas y enfrentar de mejor manera los retos cotidianos”, dijo la coordinadora nacional del programa, Esther Oldak Finkler.

La estrategia implementada a través de la subsecretaría de Educación Básica incrementó su tasa de atención al pasar de un millón 325 mil alumnos y 18 mil 500 escuelas, en 2014, a 16 millones 304 mil estudiantes en casi 90 mil escuelas para 2017, esto, “representa 57% de la población estudiantil a nivel federal”, señala la dependencia federal.

Al participar en la cuarta Sesión regional sobre protección de los niños del acoso escolar de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), Oldak Finkler explicó que esta iniciativa tiene por objetivo el desarrollo de habilidades socioemocionales de los niños para generar ambientes y climas de convivencia óptimos para el aprendizaje, donde aprendan a través de un modelo integral de convivencia.

A través del programa, se busca que los niños adquieran herramientas para desarrollarse y vincularse con las demás personas de forma pacífica tanto en la escuela como en sus actividades diarias. Se refuerzan seis ejes: autoestima; reconocimiento y manejo de las emociones; convivencia con respeto, manejo adecuado y participación de las reglas, resolución de conflictos y acuerdos y comunicación familiar.

El Secretario Técnico del Consejo Directivo del programa La Escuela al Centro, Pedro Velasco Sodi, señaló que el gran reto para los países de la región es reconocer la existencia del problema de la violencia en entornos escolares, medirlo y diagnosticarlo adecuadamente; formar a mejores alumnos, generarles ambientes propios para una adecuada convivencia; desarrollar sus habilidades socioemocionales; generar mejores prácticas para la atención de la violencia , y aceptar que las escuelas no pueden enfrentar este gran reto solas.

“El reto de la violencia va más allá de las escuelas , va más allá de lo que se pueda hacer desde el aula y desde los espacios escolares. Es fundamental fortalecer las alianzas con otros sectores públicos, con las organizaciones de la sociedad civil, con los medios de comunicación para lograr soluciones efectivas".

mpb

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