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En busca de nuevas rutas y mercados, los cárteles de la droga mexicanos han diversificado el tráfico, principalmente a Estados Unidos, de marihuana, metanfetaminas, cocaína y cristal, en productos pensados para públicos que podrían ser gourmet.
Reportes de la Policía Federal y de la Secretaría de Marina-Armada de México señalan que las organizaciones que operan en el país han llegado a utilizar salsas, jugos, café, envases de cajeta, productos enlatados, aparente crema humectante, cubetas con mole, nopales en escabeche, dulces y ate de membrillo, para hacer llegar la droga al mercado estadounidense.
La innovación no sólo es en el trasiego, para evitar ser detectados se hacen las mezclas en espera de que en Estados Unidos se realicen procesos químicos para separar la droga, sinotambién se abrió un mercado de productos en donde la droga se disuelve o se mezcla, a fin de llegar a nuevos mercados de consumo.
Los mecanismos de envío no están exentos de las nuevas formas para trasladar los narcóticos: se utilizan envases de shampoo, productos de belleza, se coloca entre zapatos y tenis. Bocinas, muñecos de peluches, ropa, revistas, lápidas, imágenes religiosas, floreros, figuras de cerámica, entre otros, se usan para ocultar la droga. Los principales aseguramientos, según funcionarios de la corporación, se han registrado en centrales camioneras y aeropuertos de Tijuana, Jalisco, Ciudad de México, Michoacán y Guerrero.
En esos espacios se presume la presencia de grupos como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel de Sinaloa, reductos de Los Templarios y el Cártel de Tijuana.
Martín Íñiguez, especialista en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dice que el traslado de droga en comida está tomando fuerza por parte de los cárteles del narcotráfico en México y podría considerarse un nuevo mercado dirigido principalmente a los millennials.
Asegura que los narcotraficantes aprovechan este nicho con envíos pequeños, utilizando las empresas de paquetería y mensajería en las entidades fronterizas y en aquellas donde se tiene detectada la producción de drogas sintéticas. “Se ha ido sofisticando un poco más el tráfico de droga en productos alimenticios y diversos objetos, en realidad es una moda, pero lo que veo es que el mercado más grande, desafortunadamente, son los jóvenes y es donde se están concentrando los criminales”.
El refresco
A principios de septiembre en Mexicali, Baja California, un hombre falleció luego de comprar en una tienda de conveniencia un refresco que después se supo tenía disuelta una cantidad de metanfetaminas. El reporte del Servicio Médico Forense de esa localidad dice que el hombre de 33 años murió por una congestión generalizada de órganos vitales y edema pulmonar. Las autoridades analizaron diversos productos ante el posible riesgo de que hubiera otras bebidas “contaminadas”. La PGR no cuenta con ninguna carpeta de investigación sobre el caso para determinar qué tan frecuente ocurre esa forma de trasiego.
Los decomisos
Del 1 de diciembre de 2012 al 30 de junio de 2017, la Unidad Canina de la Policía Federal ha realizado un total de 2 mil 11 aseguramientos en centrales camioneras, aeropuertos y retenes carreteros.
Martín Barrón Cruz, maestro en Ciencias Penales del Inacipe, señaló que los grupos criminales tienden a buscar nuevas maneras de enviar la droga a Estados Unidos, pero también en nuevos medios, escondida, entre variedad de productos.
Las mezclas
Entre los aseguramientos, con apoyo de binomios caninos, que realizó la Policía Federal en este año destacan la metanfetamina que iba disuelta en latas de chongos zamoranos de una marca elaborada en Morelia.
La Comisión Nacional de Seguridad en Baja California, en coordinación con la Sedena, encontraron en junio 90 envases de productos de belleza que conteníab “alrededor de 15 kilos de una sustancia líquida con características similares a la cocaína”.
En Nuevo León, el producto fue localizado al interior de 15 tubos con apariencia de crema humectante, tras realizar una inspección de rutina en empresas de paquetería y mensajería de la terminal camionera de la capital.
“El aroma es lo que permite identificar la droga, no importa si va oculta en café, cremas, perfumes, hay quienes llegan a cubrir con papel carbón, con papel aluminio”, comentó un elemento de la Unidad Canina de la Policía Federal, quien pidió omitir su nombre.
Ricardo Gluyas Millán, catedrático de la Universidad del Valle de México, comentó que los cárteles se adecuan a los tiempos y siempre están explorando formas para evadir a la autoridad. “Mientras haya demanda habrá oferta”, expuso. Lo que motiva a los narcotraficantes a realizar este tipo de ocultamientos es el alto margen de ganancias cuando logran introducir una cierta cantidad de droga, indica. “Lo que se obtiene en México por la venta de una droga es determinado, pero ese ingreso del mismo estupefaciente colocado en el mercado internacional es mayor”, refirió.
En buques
La Marina ha realizado numerosos decomisos en los puertos de cocaína y pseudoefedrina en productos y objetos. En julio de 2016, junto con el Sistema de Admnistración Tributaria (SAT), aseguraron 217 tambos que contenían salsa de chile mezclada con cocaína. En abril la Semar también encontró 794 sacos que se encontraban en el interior de un contendor, los cuales contenían sal mineralizada para ganado disuelta con sustancias similares a la pasta de cocaína. “Como resultado de la revisión se descubrieron densidades atípicas dentro de los recipientes, por lo que elementos de ambas instituciones abrieron los tambos y sometieron las sustancias a pruebas de campo que dieron positivo a cocaína”.