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El gobierno federal lanzó desde el pasado 20 de diciembre el plan contra el huachicoleo (robo de hidrocarburos), en el que detectó la complicidad de autoridades de Petróleos Mexicanos (Pemex) en una red de distribución de combustible robado, que ha dado como resultado inicial el cese y puesta a disposición del Ministerio Público Federal de tres servidores públicos y la decisión de que las Fuerzas Armadas tomen el control —con 4 mil elementos— de instalaciones estratégicas de la empresa.
Este ilícito, dijo, alcanzó este año 600 pipas diarias robadas, lo que significa pérdidas superiores a los 60 mil millones de pesos, y precisó que en los últimos tres años, el robo a la nación asciende a 147 mil millones.
“Eso es huachicol, pero desde arriba. ¿Cómo se distribuyen más de mil pipas diariamente? Eso es lo que quiero puntualizar. Hay la hipótesis de que, de todo el robo, sólo 20% se da con la ordeña de ductos, que es una especie de pantalla, que la mayor parte tiene que ver con un plan que se opera con la complicidad de autoridades y con una red de distribución. No se trata de la simple ordeña de los ductos, sino de un esquema de robo y de distribución de combustible de gran escala”, aseguró.
El mandatario explicó que 80% del robo de combustible se presume que se da desde dentro de las instalaciones de Pemex, a través de una red de distribución y con la complicidad de funcionarios de la empresa.
Reveló que el año pasado se robaron diariamente, en promedio, el equivalente a 600 pipas de combustible, lo mismo en lo que va de este año, lo que significa 15 mil litros por cada pipa y alrededor de 200 millones de pesos diarios.
Arropado por los secretarios de las dependencias que trabajan en el plan contra el huachicoleo, López Obrador detalló que el gobierno federal intervino ya las áreas de Pemex Logística (área que maneja el control de los ductos) y la de monitoreo, toda vez que se comprobó que violan las normas al no cerrar las válvulas de los ductos cuando se detectaba una gran pérdida de combustible.
“No tengo evidencias de que los directores de Pemex participaban en el robo de combustible. Lo que sí sé es que tenían conocimiento, de eso no tengo duda. Sabían, pero no puedo sostener con pruebas que participaban. De que sabían, sabían, porque hay hasta estadísticas. Se contrataban sistemas precisamente para la vigilancia de ductos, para medir la presión de estos”, indicó.
El gobierno de López Obrador quitó el control de algunas áreas reservadas al sindicato petrolero y la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, mantuvo comunicación con el líder sindical, Carlos Romero Deschamps, para notificar que no se tolerará a nadie que esté relacionado al robo de combustible.
“Hay información de que en algunas áreas no podía entrar Pemex, la autoridad, porque eran áreas reservadas o estaban conducidas, administradas por trabajadores sindicalizados. Acerca de si he tenido comunicación con el dirigente sindical [Carlos Romero Deschamps], de manera directa, no. Pero sí la secretaria de Gobernación ha establecido comunicación con él y este tema se le trató, en el sentido de que no íbamos a tolerar a nadie, fuese de alto nivel en Pemex o trabajador sindicalizado, que participara en actos ilícitos”, aseveró.
El gobierno también detectó que empresas, cuando trabajaban en grandes obras, compraban combustible robado, a través de depósitos donde se vende diesel y gasolina barata.
Alejandro Gertz Manero, encargado de despacho de la PGR, ahondó en que quienes manejaban el control de los ductos desde Pemex permitían que el huachicoleo se llevara a cabo.
“Parecía que únicamente era el hecho de que alguien se acercaba a un ducto y extraía el combustible. No era así. Tenía que haber complicidad desde adentro que permitiera que en siguiera fluyendo el combustible” dijo.
Desde que se echó a andar el plan, se han cesado a tres funcionarios de Pemex, a quienes se les puso a disposición del Ministerio Público.
