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A los nuevos legisladores tampoco se les da eso de la puntualidad.
Al inicio de la primera sesión sólo habían llegado 85 de 128 senadores y únicamente 347 diputados federales de un total de 500.
Como en un primer día de clases, el ánimo no logró que el Congreso iniciara a tiempo, aunque senadores y diputados se reincorporaron más tarde a sus labores.
El primer martes de iniciativas, puntos de acuerdo y minutas de la 64 Legislatura en la Cámara de Diputados arrancó con la falta de 153 legisladores y con 13 minutos de retraso sobre la hora de la cita.
Pasadas las 11:10 tomaban su lugar en la tribuna los integrantes de la Mesa Directiva, y el salón del pleno seguía a la espera de los diputados. Cuando sonó la icónica campana que da inicio a la sesión, había nada menos que 347 legisladores.
El presidente de la Mesa Directiva, Porfirio Muñoz Ledo, aprovechó la distracción de los presentes y les llamó la atención por no poder iniciar a tiempo la asamblea.
“Ruego a los diputados que tomen sus asientos. Se abre la sesión a las 11 con 13 minutos. Esperamos que la próxima sesión lo hagamos a la hora en punto, como indica la ley”, comentó.
Pasada una hora de haber iniciado la sesión, entre gritos y reclamos, ya habían tomado lista 486 legisladores, aunque las primeras filas del recinto aparecían vacías.
Casi al dar las 14:00 horas, Muñoz Ledo pretendía despacharlos a todos. Lo interrumpió el diputado por Chihuahua, Miguel Alonso Riggs Baeza (PAN), quien pidió investigar la exoneración indebida de Alejandro Gutiérrez Gutiérrez.
Riggs Baeza terminaba con la paciencia de Muñoz Ledo, pero el ex embajador lo dejó concluir, no sin antes recurrir a un recuerdo, esos de tantos que hubo a lo largo de la asamblea.
“Le rogaría que enviara nuestros saludos al gobernador Javier Corral, que se sentaba exactamente en la misma curul en que usted está sentado”, refirió Muñoz Ledo, evocando épocas pasadas.
A las 13:57 Muñoz Ledo levantó la sesión. Previo aviso, remató con un “en punto” para el jueves de esta semana en que los diputados volverán a encontrarse en el Palacio Legislativo de San Lázaro.
En la Cámara Alta el reloj marcaba las 11:43 horas cuando el presidente del Senado, Martí Batres, dio un toque de campana con lo cual, 43 minutos después de la hora pactada, los senadores comenzaron su primera sesión.
Sólo estaban presentes 85 de 128 senadores; es decir, 43 senadores se convirtieron en faltistas a su primera sesión, pero el caso es distinto con el senador Noé Castañón Ramírez, quien no ha rendido protesta, pues enfrenta a la justicia por una denuncia en su contra de violencia intrafamiliar.
De buen ánimo los nuevos senadores comenzaron a familiarizarse con sus escaños y los asientos de diseño italiano, porque en las pasadas legislaturas la palabra austeridad llenó sus discursos.