Anded Marian
era alumna de segundo grado en el Colegio Enrique Rébsamen , tras perder la vida en el sismo del 19 de septiembre , el seguro de accidentes personales pagó sólo 20 mil pesos a sus padres ; fue una especie de suerte porque en México ninguna escuela de educación básica está obligada a proteger a los menores.
Pero aun y cuando existiera dicha obligación, la Ley sobre el Contrato de Seguro que fue publicada en 1935 y permanece vigente, en su artículo 168 establece que no se puede asegurar la vida de un menor de 12 años, por lo que todos los niños que asisten a la escuela desde educación inicial hasta a primaria, están desamparados si pierden la vida por accidentes o un fenómeno natural.
La peor pesadilla para unos padres se volvió realidad para Ana Lilia Gutiérrez y Edgar Romero, cuando aquel martes 19 de septiembre la tierra se sacudió y se llevó la vida de 19 pequeños, al provocar en cuestión de ocho a 12 segundos que el edificio donde se encontraban Anded (que este viernes 23 de marzo cumpliría 8 años) se derrumbara en el momento que evacuaban por las escaleras. Todo el país quedó en shock.
El dinero que recibieron por la muerte de su primogénita no cubrió si quiera los gastos funerarios. “No sé si fue poco o mucho, la verdad a mí se me hizo de risa porque ni siquiera los gastos funerarios costaron eso, que ni siquiera alcanzaras a salir con esa apuración de momento es indignante”, consideró Edgar para quien, como todo padre, la vida de un hijo no tiene precio.
La indemnización también fue una “generosidad” de la aseguradora, porque la póliza contratada contemplaba tres rubros: pérdidas orgánicas, gastos médicos por accidentes y muerte accidental, pero dentro de este último se excluía a los pequeños de 12 años, Ana Lilia y Edgar supieron esto después de la tragedia.
“La póliza dice que cubrían niños mayores de 12 años, ni siquiera estaban cubiertos nuestros hijos en esa pólizas, sólo que Inbursa se vio buena onda, supuestamente, y nos dio esa cantidad que muchos de los papás apenas cobramos”, dijo Edgar quien hace un mes reclamó el seguro, pero que de los 19 niños que fallecieron quedan pendientes alrededor de cinco casos.
Con el inicio del ciclo escolar, Ana Lilia y Edgar pagaron la inscripción al colegio de su pequeña de 7 años, en el entendido de que incluía el pago de “un seguro de gastos médicos”, del cual nunca recibieron un documento o detalles del mismo, fue hasta después del desastre cuando vía celular, se difundió entre los papás la póliza del seguro y se les informó la manera de reclamarlo.
La póliza del Colegio Rébsamen, de la cual Notimex tiene una copia, indica que se trataba de un seguro colectivo de accidentes personales, por el que se pagó una anualidad de ocho mil 616.50 pesos.
Este tipo de seguros son lo que tradicionalmente contratan las escuelas y están diseñados para cubrir principalmente lesiones sufridas en el plantel o en los trayectos desde y hacia la casa, como raspones, fracturas, cortaduras derivadas de caídas o golpes, entre otros, en el que la vida de los niños no es el principal riesgo a proteger.
El documento detalla que para menores de 12 años había una cobertura por pérdidas orgánicas por 20 mil pesos y reembolso de gastos médicos por accidentes por 10 mil pesos; en tanto, para alumnos de 12 años en adelante, además de las protecciones anteriores se considera la muerte accidental con una suma por 20 mil pesos, condiciones que estableció la escuela.
Las escuelas privadas y en el caso de las públicas en entidades como la Ciudad de México o el Estado de México que tienen un seguro de accidentes personales, toman esta medida por cuenta propia.
A seis meses del sismo, estos papás que luchan por sanar la herida y sacar adelante a su segunda hija de cuatro años que salió ilesa del derrumbe del Colegio Rébsamen (por encontrarse en plata baja), exigen al Estado que garantice la seguridad de sus hijos no sólo con seguros más amplios, sino con la supervisión en la construcción de los edificios escolares y que no haya paso a la corrupción.
“Lo que nosotros queremos es que no vuelva a suceder, entre todos los sentimientos que tenemos, tenemos un sentimiento de miedo, tenemos otra hija gracias a Dios que estaba en el colegio y que no le pasó nada, el miedo de volver a llevarla a la escuela…
“Si la Constitución nos obliga como padres a llevar a nuestros hijos a la escuela, que el Estado nos garantice que los va a cuidar. Nosotros no somos arquitectos, no somos ingenieros y llevábamos a nuestra hija a una escuela de donde no regresó”, subrayó la madre de familia.
Las Leyes tienen que cambiar y que los edificios donde se encuentren las instituciones educativas estén bien construidos. Cómo es posible que la delegación Tlalpan o el resto de las autoridades involucradas “no hubieran visto que estaba mal”, aseveró Lilia.
Hasta ahora, la única referencia que se tiene de seguro obligatorio en el país es el que se estableció en las guarderías, a partir de la tragedia del incendio de la Guardería ABC en Hermosillo Sonora, donde 49 niños perdieron la vida, el 5 de junio de 2009.
Ese evento planteó un seguro obligatorio de responsabilidad civil y otro de accidentes personales, recordó el director general de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), Recaredo Arias, quien confirmó que no hay un seguro obligatorio de accidentes personales ni para escuelas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), ni colegios privados de educación básica.
La cobertura de responsabilidad civil, conocida como daños a terceros que aplica en siniestros ocasionados por personas (como incendios o choques), establece una indemnización por muerte de 10 millones de pesos por niño o trabajador para guarderías del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de cinco millones para estancias de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
No obstante, el seguro de accidentes personales que cubriría eventos de la naturaleza como los sismos, tiene un alcance bajo de alrededor de 20 a 25 mil pesos por muerte de un menor en ambos casos, como la cobertura que tenía el Colegio Enrique Rébsamen. “Normalmente las sumas aseguradas por accidentes son más bajas”, comentó Arias a Notimex.
La Ley “obliga a las guarderías pero no a las escuelas ni de la SEP ni las particulares”, agregó el directivo quien destacó que el sector trabaja en una propuesta para resolver este vacío y consideró conveniente que se modifique la Ley sobre el Contrato de Seguro que es obsoleta.
“Si no prospera el que se cambie la edad de aseguramiento por vida, (entonces) que haya una suma asegurada de accidentes mayor y que esté complementada de todos modos por un seguro de responsabilidad civil”, aseveró.
Hoy en día, los papás de Anded Marian, quienes están por iniciar un proceso legal contra el colegio, exigen también que “si hay una ley que prohíbe o restringe el que los niños menores estén asegurados (por vida), que se modifique y se actualice”, que se estandarice la protección de las guarderías a todas las escuelas de educación básica y se pida a las escuelas privadas y públicas tener un seguro”.
Sin tener claridad sobre qué hacer con el dinero que recibieron, decidieron destinarlo a ayudar a personas que enfrentan dificultades y junto a otros papás que también perdieron a sus hijos en el sismo crearon un grupo que migrará a una asociación civil denominada Brigada Amigos, con la que organizan actividades altruistas.
“Queremos sembrar en los niños la semilla de la ayuda… queremos hacer una cadena de favores por el bien de México y por el bien de todos”, concluyeron.