Washington.— Estados Unidos cumplió su amenaza y anoche bombardeó Siria. Fuerzas estadounidenses, británicas y francesas lanzaron el ataque coordinado para diezmar el programa de armamento químico de Damasco, en represalia por el presunto ataque químico del régimen de Bashar al-Assad del pasado 7 de abril.

Toda la semana se habló de cuándo y cómo iba a responder EU a la muerte de al menos 40 personas en ese ataque en Duma, población de los suburbios de la capital siria. La tensión mundial se elevó a niveles insostenibles y EU y sus aliados trabajaron para una respuesta contundente y mesurada.

La resolución se conoció ayer por la noche. El presidente de EU, Donald Trump, apareció por sorpresa en las televisiones del país para lanzar un mensaje a sus ciudadanos: había ordenado el ataque a Siria. Ocho minutos de discurso a la nación, algo inusual en el imprevisible Trump, en el que avisó al mundo que EU no iba a tolerar ni dejar sin respuesta un ataque químico “maligno y despiadado” que, dijo, no es obra de un “hombre”, sino que fueron “los crímenes de un monstruo”.

“Estamos preparados para sostener esta respuesta hasta que el régimen de Siria detenga su uso de agentes químicos prohibidos”, amenazó Trump. Sin embargo, el jefe del Pentágono, James Mattis, concretó que se trató de una ofensiva “única”, un primer mensaje sobre la determinación de los aliados.

Tan pronto como Trump anunciaba la orden, el cielo de los alrededores de Damasco fue atravesado por misiles, dejando a su paso fuego y humo. El Pentágono no quiso detallar con qué fuerza golpeó. Diversas informaciones apuntaban al uso tanto de fuerza aérea como misiles lanzados desde navíos. Lo único que adelantó Mattis fue que el número de armas duplicaba el usado el año pasado. Los objetivos fueron: un centro de investigación, lugares de almacenamiento de armas químicas y un puesto de comando “específicamente asociados” con el programa sirio de armas químicos, con la idea de hacer el máximo daño minimizando el costo humano. También dijo que la operación terminó.

“El objetivo de nuestras acciones de esta noche [viernes] es establecer un fuerte disuasorio contra la producción, diseminación y uso de armas químicas”, resumió Trump.

Horas antes, la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, afirmo tener pruebas del ataque químico y de que Al-Assad fue el responsable. Washington incluso ha determinado que una de las sustancias utilizadas fue cloro.

No es la primera vez que la administración Trump lanza ofensivas contra Siria en respuesta al presunto uso de armas químicas. Hace un año, el presidente ordenó una operación única, quirúrgica, en la que destrozó 20% de la capacidad aérea del ejército sirio.

“El régimen de Al-Assad no entendió el mensaje el año pasado”, lamentó Mattis, por lo que esta vez EU optó por atacar “más duro”. No sólo eso: en lugar de una decisión unilateral, esta vez se arropó de dos potencias aliadas: Francia y Reino Unido.

La primera ministra británica, Theresa May, expresó que “no había alternativa práctica al uso de la fuerza”. El presidente francés, Emmanuel Macron, que siguió la operación en vivo, habló en términos muy parecidos a través de un comunicado.

El Pentágono confirmó que el ejército sirio trató de defenderse con misiles tierra-aire, respondiendo a la agresión” de los aliados, según definió la televisión estatal siria, según la cual, fueron derribados 13 misiles Tomahawk.

El ataque no es sólo una advertencia a Al-Assad, sino al presidente ruso, Vladimir Putin, a quien culpan directamente de permitir que Siria tenga armas químicas y de no hacer nada al respecto. La tensión es tan alta entre Washington y Moscú que el secretario general de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, proclamó ayer por la mañana que “ha vuelto la Guerra Fría”, pero en peor situación que por entonces porque no hay ningún elemento que disuada el choque de potencias.

El ataque en Siria puede ser el detonante. De entrada, los rusos no fueron prenotificados de la operación ni hubo coordinación con ellos. Y el embajador ruso en EU, Anatoli Antonov, advirtió que este ataque “tendrá consecuencias. Insultar al presidente de Rusia es inaceptable e inadmisible. EU, poseedor del mayor arsenal de armas químicas, no tiene el derecho moral de culpar a otros países”.

En Damasco, el gobierno calificó los ataques conjuntos de “violación fragrante del derecho internacional”, según la agencia estatal SANA.

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