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david.fuentes@eluniversal.com.mx
Operan en células compuestas de tres, aparecen por lo menos dos veces por semana por todos los pasillos de la Central de Abasto (Ceda) y recorren los locales donde no pagan “el derecho de piso”.
Después de la tercera advertencia, simplemente irrumpen con pistolas y despojan a los empleados y clientes de efectivo y otros accesorios; de esa manera dejan el mensaje claro que se esparce por todo el lugar.
Estos delincuentes, según las primeras investigaciones, son los que asesinaron el domingo a la oficial de la Secretaría de Seguridad Pública (SSPCDMX), Margarita Rivera; son el remanente que quedó de un grupo identificado como Los Oaxacos, encargados de la extorsión, cobro de derecho de piso, robo a clientes, así como a locatarios.
A esta célula criminal se le atribuyen los siete homicidios dolosos del último semestre, 50 robos a clientes de la Ceda que se han denunciado en la procuraduría capitalina en el trimestre, y las extorsiones a locatarios, quienes pagan entre 5 y 10 mil pesos semanales a cambio de no agredir o robar a sus clientes.
La presencia de Los Oaxacos en la central ha incrementado las denuncias en ese lugar; el año pasado en la Fiscalía de la Procuraduría capitalina aledaña a ese lugar, se contabilizaron 75 denuncias de robos.
En estos primeros cuatro meses se registraron 50 incidentes, cuatro homicidios dolosos y dos denuncias por extorsión de locatarios.
En la “nómina”. El seguimiento que han hecho las autoridades apunta a que entre las filas de la célula criminal tienen a estibadores, despachadores, taxistas, niños que fingen como halcones e, incluso, al personal de las empresas privadas que son contratadas para la vigilancia de la Central de Abasto.
Por lo que con facilidad tienen acceso a las cámaras de vigilancia así como a las bitácoras de la Secretaría de Seguridad Publica, conociendo cuántos policías hay, cuántos hombres, mujeres, a qué pasillos los mandan y, sobre todo, los cambios de turno, lo que les facilita el saber en qué momento ir a cobrar “la renta” o robar a los que se resisten.
En un video de las cámaras de seguridad de un local en la Central de Abasto se observa cómo en cuestión de minutos irrumpen en un local de verduras y se llevan las ventas del día, someten a un cliente, a otro le aplican la llave china, lo duermen y lo despojan de sus pertenencias, todo en apenas minuto y medio, el propio ajetreo del lugar impide que los demás usuarios se den cuenta.
Pues aunque sospechan que algo está mal, nadie ayuda a las víctimas. Las autoridades tienen identificado al cabecilla de la agrupación criminal y a dos de sus principales sicarios, quienes, aunque sólo operan en la Central de Abasto, obtienen ganancias millonarias que les alcanza para repartir incluso a los policías de la Secretaría de Seguridad Pública.
Por lo que apenas, en este año, han detenido a dos personas imputadas en el delito de robo y se han decomisado tres armas de fuego. En la Ceda, la procuraduría capitalina intentó infiltrar a personal de la Policía de Investigación; sin embargo, la organización criminal se percató y golpearon a dos de los agentes espías, los estibadores alertaron de todo y la operación para detener al líder se vino abajo, ahora, lo rastrean en dos colonias de la delegación Iztapalapa.
Los avances apuntan a que a raíz de las ganancias que genera la extorsión, Los Oaxacos se hicieron de dos locales, de esta manera le siguen los pasos también para determinar si los locales se obtuvieron con dinero lícito o fue producto de delitos contra locatarios y bodegueros.