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Gabriela, una de Las Goteras VIP, estudió enfermería y hasta hace menos de un año trabajaba en un consultorio médico de una empresa asentada en Cuautla, donde ganaba menos de 10 mil pesos al mes.
Su suerte cambió de la noche a la mañana. Sus amigos recuerdan que dejó de viajar en combi y taxi para desplazarse en una camioneta Ford que, ahora se sabe, tenía reporte de robo.
“La verdad yo creí que era escort, porque nos preguntábamos de dónde tanta lana; hace poco se fue a vivir a la Ciudad de México y en sus redes subía fotos de antros en Polanco con botellas de champán en la mesa”, dijo a este diario una persona que la conoció.
Su salida de Cuautla coincidió con un escándalo local en Facebook que la obligó a abandonar esa red ante los ataques que le lanzaron. Y es que Gabriela, quien vivía en Amilcingo, criticó a las jóvenes que acudían a bares con tenis, algo que ella no haría.
Sus amigos recuerdan que después de ese escándalo les dijo que la empresa en la que trabajaba la había mandado a la Ciudad de México como enfermera pero ganando más.
Sus cercanos no sospechaban que formaba parte de una banda que a través de la red social Tinder presuntamente contactaba a jóvenes de clase media-alta, a quienes citaban en bares y después convencía de ir a sus departamentos, donde los drogaba para robar sus pertenencias.
“No tenía novio, se decía que andaba con un tipo que mueve la venta de droga en bares y extorsiona a comerciantes, pero creíamos que ella obtenía lana como acompañante”, indicó la fuente. Gabriela, de 24 años, así como otras dos mujeres y un hombre fueron presentados ante un juez y en las próximas horas podrían ser vinculados a proceso.