Un descuido estuvo a punto de costarle la vida a Andrea. La mujer había planificado, junto con su pareja, no tener hijos.
La vida moderna, los dos trabajos que tiene y las actividades propias de una feminista , asegura, por el momento no dejan espacio para dedicarse a la maternidad. En cuanto se percató que estaba embarazada, decidió acudir a una de las clínicas en la Ciudad para iniciar el proceso de Interrupción Legal del Embarazo (ILE).
La canalizaron al Hospital Materno Infantil Inguarán , en la d elegación Venustiano Carranza ; ahí siguió todos los pasos que le indicaron.
Le recetaron dos pastillas, las ingirió y después de unas horas en cama le dieron el alta médica asegurando que todo estaba bien y le recomendaron tener cuidado con sus métodos anticonceptivos para no volver a pasar por todo ese proceso médico.
Un mes después una fiebre intensa, acompañado de un dolor abdominal muy fuerte, la mandaron de emergencia al hospital.
Acabó en una clínica privada, ahí le explicaron que el aborto que se había practicado no fue correcto y le quedaron “residuos”, por lo que se le practicó un legrado para salvar su vida; sin embargo, le quedaron secuelas pues el tejido muerto en sus entrañas afectó otros órganos.
“Fue algo complicado y tardé en digerir todo y en darme cuenta de qué salió mal. Como pude empecé a investigar y me di cuenta que mi caso no era el único, había más mujeres que presentaron afectaciones similares y entonces nos organizamos, nos pusimos a consultar médicos y laboratorios y nos dimos cuenta que el medicamento que nos dieron en las clínicas estaba mal.
“Hicimos los estudios, análisis y llegamos a esa conclusión. Entendemos que en las clínicas no pensaran en hacernos daño, en realidad creo que sí querían ayudarnos, pero algo salió mal, afortunadamente no se afectó a nadie más y no queremos que siga pasando, por eso pedimos que se revise bien el medicamento que suministran para el aborto”, explicó la mujer de 33 años de edad quien alerta a las de su género a extremar precauciones en el proceso del ILE.
Anomalías
Durante 2016 las autoridades sanitarias de la capital analizaron 245 casos similares a los de Andrea; mujeres de entre 21 a 42 años de edad que acudieron a las clínicas para interrumpir su embarazo y el proceso médico falló, de estos casos EL UNIVERSAL tuvo acceso a 42 expedientes clínicos, 18 de los cuales se encuentran en el Hospital Materno Infantil Inguarán, donde a tres pacientes se les encontró el embrión vivo.
Ahí mismo una más fue internada por una hemorragia interna y otra regresó al darse cuenta que tenía dos meses de gestación.
Cuatro casos más tuvieron lugar en el Centro de Salud T-III Doctor Juan Duque de Estrada, cinco más en el Centro de Salud T-III Beatriz Velazco de Alemán, donde las pacientes tuvieron que ser intervenidas al percatarse que aún tenían el embrión vivo; tres casos similares se registraron en el Hospital General Ticomán.
Cinco en la Clínica México-España y siete en la Clínica Comunitaria Santa Catarina. En 70% de los casos, debido a las complicaciones médicas después de ingerir las pastillas abortivas, a las pacientes se les practicó un Aborto por Aspiración Manual (AMEU). Después de recabar todos los irregulares, las afectadas concluyeron que el causante fue un medicamento de baja calidad que usaron en 2016 las clínicas abortivas.
Analizan medicamento
Las pastillas, según un estudio a petición de las mujeres afectadas, realizado en el Instituto de química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de la cual EL UNIVERSAL tiene copia, es de baja calidad y no cumple con los requisitos mínimos para el aborto a diferencia del medicamento que usaron un año antes y se sigue usando: Zacafemyl.
Conclusión: “La marca comercial Zacafemyl se encuentra dentro de los estándares de calidad reportados, mientras que la Mefaprix no cuenta con los estándares emitidos para su liberación comercial, que involucra sustancias adicionales en alta concentración en la muestra así como impurezas y, lo más sobresaliente, no cumple con el contenido de mifepristona”, se lee en el documento expedido a las afectadas el pasado 21 de abril de 2017.
Al respecto, Patricio Sanhueza, Secretario Técnico del Comité de Mortalidad Materna y Perinatal, Ginecólogo y Obstetra de la Secretaría de Salud, dio a conocer que del total de procesos abortivos que han practicado desde la implementación de este sistema, apenas un 2% pudieron presentar alguna complicación por las pastillas Mexaprix, al explicar que cada cuerpo es diferente y reacciona diferente al medicamento.
“Los medicamentos que nosotros utilizamos para la Interrupción Legal del Embarazo son las pastillas en mención —Zacafemyl y Mefaprix—, te puedo comentar que recibimos posteriormente a las mujeres en una cita de seguimiento y tenemos los casos clínicos de los pacientes, pero digo, no en todos los pacientes funciona la medicina, aun así no tenemos reportes con nombre y apellido de alguna falla.
“De cada 100 señoras hay algunos cuerpos que son resistentes y los medicamentos no funcionan y esto es indistintamente con los dos medicamentos, aunque tengan nombres comercial diferentes, no todos los medicamentos funcionan al 100%, es un porcentaje muy pequeñito de apenas 1% o 2% que tienen la opción de terminar el procedimiento con una aspiración, por eso se les da un seguimiento a todas una semana después, no tenemos casos en el aire”, comenta el también ginecólogo.
“Pedimos respeto”
Ahora las víctimas piden a las autoridades sanitarias poner más atención en el medicamento que están usando para interrumpir el embarazo y aunque están conscientes que el problema se detectó a tiempo, el trato que recibieron aseguran no es el adecuado, “seguimos recopilando información porque se no han acercado más mujeres que pasaron por lo mismo, no buscamos una compensación ni nada de eso, queremos que se nos respete.
“Que respeten nuestra decisión y que en esa toma importante de nuestra decisión, no se nos vaya la vida, nos hagan sentir mal o se nos use como experimento, por eso lanzamos esta advertencia”, comentó Andrea una de las afectadas por ingerir las pastillas que le proporcionaron en las clínicas del Sector Salud.