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"Después de 29 años sí nos aceptaron. Escuché porras y aplausos, la gente gritaba, ¡muy bien, bomberos !" Con sus zapatos de charol, un casco que pesa más de dos kilos, un hacha entre las manos y su uniforme de gala, Alejandro Bodadilla marchó bajo el sol del 16 de septiembre durante una hora y media.
Por primera vez, en los cinco años como bombero de la Ciudad de México, participó en un desfile de fiestas patrias , porque hace 29 años fue la última vez en la que el Heroico Cuerpo de Bomberos marchaba en un Desfile Militar por la Independencia de México .
Alejandro y 299 compañeros se despertaron a las tres de la mañana y desde la estación central de bomberos, en la Avenida Fray Servando, marcharon hacia el Zócalo capitalino . Su esposa y dos hijas, de cinco y 10 años, despertaron muy temprano para verlo por televisión.
"El motorcito para seguir adelante" fueron los gritos de los asistentes al desfile, los niños, niñas y familias enteras que esperaron en las vallas a lo largo de Paseo de la Reforma para ver el desfile.
Alejandro, de 35 años, no podía mover la cabeza para observar los rostros de sus testigos, "Sí fue cansado, porque fueron aproximadamente 13 kilómetros", pero las porras "a mí me daban la fuerza para seguir adelante y decir 'vamos, ya falta poco, vamos hasta que acabe'".
Cuando terminaron de marchar y dejaron las hachas a un lado, descansaron los pies y los retiraron de los rayos del sol, los 250 bomberos regresaron a la central. Cuando Alejandro retomó comunicación con su familia, le mandaron videos en los que sus hijas le gritaban cuánto lo querían y lo orgullosas que estaban de él.
pmba