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Al grito de " ¡Acatlán de Osorio se volvió un pueblo de asesinos! ", dieron el último adiós a los dos hombres que fueron linchados esta semana en el municipio poblano de Acatlán de Osorio , donde los acusaron injustamente de ser robachicos .
La misa de cuerpo presente se realizó en la zona de Tianguistengo , de donde eran originarios Alberto Flores Morales y Ricardo Flores Rodríguez , de 53 y 22 años, campesinos a los que golpearon y prendieron fuego el pasado 29 de agosto.
"¡Sin saber quiénes eran, los juzgaron!"
"¡Los juzgaron con prejuicios!" "¡Acatlán de Osorio se convirtió en un pueblo de asesinos!"
, fueron las consignas que se escucharon al momento de despedir a las víctimas de linchamiento.
En la Junta Auxiliar de San Vicente Boquerón , en la Mixteca Poblana , la madre de Ricardo Flores exigió entre lágrimas a la Fiscalía General del Estado (FGE) justicia para atrapar a los responsables que asesinaron brutalmente a su hijo .
También pidió la renuncia del presidente municipal de Acatlán de Osorio, Guillermo Martínez Rodríguez , quien, reclama, nunca supo aplicar estrategias de seguridad para evitar que la incidencia delictiva creciera en la zona.
"Desgraciadamente me lo quitaron. ¡Miren cómo me lo mataron! Señores, todos ustedes tienen hijos y quiero justicia para mis seres queridos, chingada madre. Ruego a Dios que no pasen por lo que estoy pasando."
Ambos cuerpos fueron sepultados en el panteón de la localidad y, durante el entierro, los familiares también recriminaron que los habitantes de dicha comunidad convirtieran en un espectáculo el asesinato de estos hombres , pues un video de los hechos fue transmitido en redes sociales .
El miércoles pasado
, estos dos hombres fueron golpeados brutalmente por pobladores que los señalaron como presuntos responsables de intentar secuestrar a los menores de edad .
Aunque inicialmente ambos sujetos estaban en los separos del municipio de Acatlán de Osorio, la turba enardecida los sacó para golpearlos, amarrarlos y quemarlos vivos.
Con base en datos de la Fiscalía General del Estado (FGE), los dos sujetos, que eran tío y sobrino, no tenían antecedentes de cometer un delito. Siempre trabajaron en el campo.
Un día antes de su muerte, Ricardo publicó en Facebook : " La vida es una ruleta todos tienen que apostarle ".