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Luego de soportar por más de un mes el hedor que despiden más de 600 cuerpos depositados en el Servicio Médico Forense (Semefo), ubicado a unos metros de las oficinas de la Fiscalía General Estatal (FGE), los 500 trabajadores de esa dependencia decidieron suspender sus labores y exigir la reubicación del depósito de cadáveres.

Eran las 12:00 de la tarde cuando abandonaron sus oficinas. El olor fétido es penetrante, por lo que temen por su salud.

Atrás de la fiscalía están las instalaciones del Semefo. En ese lugar hay cientos de cuerpos sin reclamar. Está saturado, ya no hay espacio para un cadáver más, se comprobó durante un recorrido.

Ahí fueron depositados los muertos hallados en Chilpancingo, Chilapa, Zitlala. Los 14 cuerpos que el pasado lunes se encontraron en una barranca en el municipio de Copanatoyac, en la montaña, los llevaron también ahí.

Los cadáveres son depositados como los encuentran los agentes en los lugares de los crímenes, unos en descomposición, algunos a pedazos, decapitados, quemados y otros más enteros, recién asesinados.

En este Semefo llegan los restos de víctimas de los crímenes, sobre todo de la capital y de Chilapa. En ambos municipios, hasta octubre de este año han asesinado a unas 200 personas, es decir 400 cuerpos, la mayoría sin reclamar.

El director de Semefo, Ben Yehuda Martínez Villa, ha dicho que son 400 los cuerpos que hay de más en las instalaciones de Chilpancingo, cuando su capacidad es para resguardar unos 250 cadáveres. Hasta finales de octubre, según el funcionario, en el Semefo de Chilpancingo había 657 cuerpos sin reclamar. A este lugar trasladan, en promedio, dos cuerpos por día.

No hay espacio para resguardar más cadáveres. Mientras los trabajadores protestaban para que fueran atendidos, un grupo de reporteros logró acceder ayer a la rampa de acceso de las ambulancias que trasladan los cuerpos.

Los trabajadores hacían justo ahí sus diligencias, tenían los restos humanos tirados en el piso, con la puerta abierta, casi al aire libre. El olor ahí era penetrante, punzante, hasta provocar náuseas.

En Guerrero son tres los Semefo que hay: Chilpancingo, Acapulco e Iguala. Los tres están saturados.

En Acapulco, el Semefo tiene cinco cámaras frigoríficas con capacidad para 150 cuerpos, pero tiene 297; en Chilpancingo son tres para un máximo de 90 cadáveres, pero hay 187 de más en cada cámara y, en Iguala, hay una para 30 y tiene 78.

Los Semefo dependen de la Secretaría de Salud.

José Luis Nava, delegado sindical de la Sección 7 del Sindicato de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (Suspeg) dijo que desde hace un mes y medio han estado pidiendo al fiscal general de estado, Xavier Olea Peláez, que solicite al gobierno del estado el cambio de lugar de las instalaciones del Semefo. Sin embargo, no han tenido respuesta.

Incluso, explicó el líder sindical, el director de Semefo ha pedido a la FGE que suspenda labores por algunos días para evitar que los trabajadores contraigan enfermedades a causa de los malos olores.

En distintas ocasiones trabajadores del Semefo, como peritos de la Fiscalía General del Estado, se han quejado de la falta de equipo necesario (guantes, bolsas para recoger los restos), así como personal.

De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública, en 2016 y en lo que va de este año, en Guerrero se han registrado el mayor número de homicidios dolosos. El año pasado fueron 2 mil 213 y en éste, hasta octubre, van mil 900.

Hace casi un año, en Chilpancingo se abrió el Panteón Ministerial para liberar la capacidad de los Semefo; hasta ahora han sido trasladados más de 120 cadáveres, los cuales continúan sin ser identificados.

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