Más Información
Elecciones Estados Unidos 2024; sigue minuto a minuto el proceso electoral entre Donald Trump y Kamala Harris
Sector Salud presenta metas para el periodo 2024 -2030; van por la digitalización de recetas y expedientes
A un año del secuestro (y liberación) de los hijos de Joaquín Guzmán Loera en el restaurante La Leche, ubicado en Puerto Vallarta, las repercusiones del hecho y la ausencia de El Chapo han dejado una ola de mil 43 asesinatos violentos en Sinaloa.
La privación de la libertad de Iván Archivaldo, César y Jesús Alfredo Guzmán Salazar —así como tres de sus acompañantes— fue realizada por un comando armado la madrugada del 15 de agosto de 2016; el grupo los sacó del restaurante. Videos de las cámaras de seguridad del establecimiento documentaron la irrupción del comando, el cual sorprendió a los hijos del primer matrimonio de El Chapo y a sus acompañantes.
Juan Daniel Calva Tapia, de 53 años, Josias Nahuzli Rábago Borbolla, de 35, y Víctor Galván Ureña, de 46, fueron identificados por el fiscal General de Jalisco, Eduardo Almaguer, como el resto de los hombres secuestrados.
El funcionario dijo que de acuerdo con las primeras investigaciones, 16 comensales ingresaron al lugar, nueve de ellas mujeres, y las grabaciones revelaron que uno de los varones, no identificado, abandonó el sitio antes de la llegada del grupo antagónico.
Cinco días después del plagio, el Semanario Río Doce citó en su edición electrónica que dos fuentes consultadas confirmaron la liberación de Jesús Alfredo Guzmán Salazar y cinco de sus acompañantes. Días despúes, con base en nuevos videos, captados en el interior del restaurante, se documentó que los tres jóvenes hincados, con las manos en la cabeza y separados del resto de los comensales, eran Iván Archivaldo, César y Jesús Alfredo, hijos de Guzmán Loera.
Autoridades federales establecieron como hipótesis que el responsable fue el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), en asociación con Alfredo Beltrán Guzmán, El Mochomito, sobrino de El Chapo.
El Mochomito —hijo de Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, condenado a cadena perpetua en Estados Unidos— fue detenido en Zapopan, Jalisco, en diciembre de 2016 y recluido en el Centro penitenciario estatal Metropolitano, en Guadalajara.
Seis meses antes de su captura, se atribuyó a Beltrán Guzmán el clima de terror que se esparció en la sierra de Badiraguato, al grado de que el hogar de la señora Consuelo Loera, en la Tuna, fue abandonado.
La extradición. Con el traslado, el 19 de enero de 2017, de Joaquín Guzmán Loera —identificado como uno de los jefes del Cártel de Sinaloa— a Estados Unidos, la pugna se agravó entre los miembros de esa organización por el liderazgo.
Dámaso López Núñez, El Licenciado, pieza clave en la evasión de El Chapo Guzmán del centro penitenciario de Puente Grande en 2011, buscó una alianza con el CJNG para disputar a los Guzmán Salazar el control de la organización.
En febrero de este año, en una carta escrita a mano y enviada a diversos medios de comunicación, supuestamente Jesús Alfredo e Iván Archivaldo denunciaron haber sido blanco de un atentado perpetrado por Dámaso López.
En su visita a Sinaloa, para evaluar la situación de violencia, el secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, atribuyó a la ausencia del líder del Cartel de Sinaloa, la pelea violenta suscitada por ocupar su espacio y dispuso una fuerza militar adicional para ese estado, con respaldo de personal especializado.
Dámaso López Núñez, aspirante a suceder en el mando del Cartel de Sinaloa, fue detenido en mayo pasado por fuerzas federales. Su hijo, Dámaso López Serrano, ahijado de El Chapo, la mañana del pasado 27 de julio, cruzó la garita fronteriza de Calexico, California, y se entregó a la DEA.