Para contrarrestar los daños emocionales causados por el sismo del 19 de septiembre , un grupo de sanadoras provenientes de Veracruz y Querétaro ofrecieron terapias gratuitas a personas de todas las edades en el Tecnológico de Zacatepec .
Martha Coronel, o
rganizadora de las terapias y catedrática de ese plantel educativo, informó que el fin de semana las médicas tradicionales trabajaron en las aulas del edificio de Química y brindaron ayuda a más de 150 personas que se fortalecieron para apoyar a otros.
Enrique Benítez García, trabajador de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), ofreció terapias reiki con el método pold, un procedimiento oscilatorio que busca la relajación muscular y tranquilizar el sistema nervioso.
El objetivo fue ayudar en la expulsión del estrés y dolor acumulados en el cuerpo después del temblor, dijo Benítez García.
La sesión se aplicó de forma manual sin utilizar aparatos por un tiempo aproximado de 40 minutos. Uno de los pacientes contó que fue algo mágico. “Hace mucho tiempo que no sentía tanta paz, tanta relajación”, expresó.
Isis Hernández viajó desde Coatepec, Veracruz, para ofrecer terapias con imanes, y contó que ella y su acompañante trabajaron con personas que tienen algún desequilibrio emocional por los daños que dejó el sismo en sus patrimonios.
Isis Hernández colocó colchonetas en el piso para sus pacientes que se recostaron por unos 30 minutos y a través de un rastreo emocional que hizo por medio de los pies, preguntó al cuerpo lo que siente para colocar los imanes y encontrar el equilibro nuevamente.
Casilda Ramírez Caballero, del estado de Veracruz, trabajó con herbolaria para curar de espanto, y para su procedimiento se ayuda de agua y aceite de eucalipto. Primero jala los pulsos, toma un poco de agua y chupa el brazo a la altura de la muñeca donde se detiene varios segundos y después escupe el líquido en un recipiente.
“Quisimos traer un granito de arena para las personas que creen la herbolaria”, dijo.
La doctora Sonia Beltrán, especialista en tanatología y gerontología, ofreció asesorías a los damnificados de la zona sur, principalmente a los que perdieron algún familiar.
“Lo que me motivó es el momento del acompañamiento, no puedo hacer otra cosa más que apoyarlos. Es satisfactorio, no tenemos ninguna compensación, la situación es difícil; aún hay mucha gente dañada que requiere apoyo económico, material y moral, no se ha acabado la situación de crisis y dolor y va a tardar por lo menos un año”, comentó Sonia Beltrán.
afcl