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Tijuana.— Un perro acostado sobre las piernas de una adolescente menea la cola, ambos aguardan bajo el único árbol frente a la casa que, durante 40 años, fue de sus abuelos. Esperan que el resto de la familia termine de sacar sus pertenencias antes de que su hogar colapse y quede sepultado bajo tierra.
Es una casa de dos pisos sobre Prolongación Literatos, en la colonia Reforma, a la que llegó a vivir doña Isabel Corona junto con su esposo y cinco hijos. Es también una de las nueve viviendas que desde el viernes pasado comenzaron a colapsar debido a un movimiento de tierra que se agravó durante el fin de semana y que mantiene en riesgo a otros 15 hogares.
Doña Isabel recuerda que compraron la casa a la inmobiliaria del Estado, y durante las últimas cuatro décadas reconstruyeron su hogar con ampliaciones y nuevos acabados. Con el tiempo, sus hijos hicieron sus propias familias y edificaron sus hogares a un lado y en la parte trasera.
“No es la primera vez que pasa. Hace unos 18 años, unas 30 casas ya habían colapsado, nada más que esas estaban del otro lado del cerro”, dice Isabel.
Ricardo, uno de sus hijos, es arquitecto. Vivía a un lado, y en menos de tres días perdió su casa. Recuerda que desde hace dos semanas miró que el suelo comenzó a levantarse, pero no pensó que se tratara de un movimiento de tierra, porque a diferencia de otros casos aquí no había desniveles ni grietas en el pavimento o en las paredes de las casas, fue hasta hace una semana cuando detectó que las puertas de su vivienda ya no cerraban.
“Pensé: ‘esto si va en serio’, por eso empecé a empacar mis cosas, los documentos, no sabía cuánto tiempo me quedaba antes de que se cayera todo. Lo material es lo material y se recupera, aquí lo que duele y cuentan son los recuerdos, donde crecí y mire crecer a los míos”, dice Ricardo.
Explica que desde el 9 de julio un ingeniero civil, amigo suyo, se trasladó al sitio para revisar no sólo su casa sino toda el área afectada. Después de analizar los movimientos sus palabras fueron: “Me temo que es una falla geológica, en mínimo dos semanas las casas pueden empezar a caerse”.
En cambio, el director municipal de Protección Civil, José Rito Portugal, dijo que, de acuerdo con el Atlas de Riesgo 2014, a 200 metros de esa zona fue detectada una falla geológica, sin embargo, no se le puede adjudicar que sea la causa de los deslizamientos ni los derrumbes de las casas.
“La dirección de Administración Urbana será la encargada de hacer las pruebas necesarias para saber qué fue lo que pasó, preliminarmente si podemos decir que podría ser continuidad de un deslizamiento que ya hubo en esa área, pero estamos a la espera”, explica el funcionario.
En total suman poco más de 60 afectados, son 24 casas las que fueron etiquetadas por estar en riesgo, de ese número nueve ya colapsaron. Las familias permanecen con amigos u otros familiares, a pesar de que el municipio habilitó un refugio; no ha existido la necesidad de activarlo porque nadie lo ha pedido.
En tanto, la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) solicitó al gobierno municipal medidas cautelares para las víctimas, y el Ejército Mexicano activó el Plan DN-III-E.