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La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) defendió a los sacerdotes Iván Añorve Jaimes, de la Arquidiócesis de Acapulco, y Germaín Muñiz García, de la Diócesis de Chilpancingo Chilapa, y rechazó que tengan algún vínculo con el crimen organizado, y acusó que se busca “tirar tierra” sobre los párrocos.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Alfonso Miranda Guardiola, secretario general de la CEM, señaló que la Iglesia católica debe alzar la voz para defender la buena fama de los sacerdotes y de su trabajo pastoral, al tiempo que demandó a las autoridades realizar una investigación profunda para esclarecer los hechos.
“Nosotros tenemos que alzar la voz para defender el ministerio sacerdotal, es cierto, en hechos pasados al principio luego, luego se quiere manchar, tirar tierra sobre los sacerdotes sin conocer o sin revisar una investigación profunda. La Iglesia pide una investigación profunda, un esclarecimiento exhaustivo de los hechos, jamás tenemos miedo a la verdad, pero tampoco se vale simplemente hacer la investigación insuficiente, hablar de hechos no completamente investigados, pedimos el esclarecimiento, que no quede impune el crimen”, expresó.
Miranda Guardiola aseguró que los sacerdotes asesinados la madrugada del pasado lunes cuando transitaban por la carretera Iguala-Taxco no tenían ninguna relación con el crimen organizado y que la fotografía que se ha compartido en la que Germaín Muñiz aparece con armas largas no es reciente y no indica ningún tipo de relación con un grupo criminal.
Indicó que hay una gran conmoción al interior de la Iglesia católica por el asesinato de estos sacerdotes, así como por el aumento de la violencia en el país, la cual no sólo padecen los ministros de culto, sino periodistas y la sociedad en general.
Sin clases. La violencia dejó ayer sin clases cientos de niños de comunidades de Chilpancingo y colonias de Acapulco, Guerrero.
En el puerto, de acuerdo con el reporte policiaco, agentes de seguridad y presuntos sicarios protagonizaron una persecución y tiroteo en la colonia Jardín Mangos, que dejó como saldo un agente herido y un civil muerto, además de que en el taxi donde viajaba el comando se decomisaron dos rifles AR-15.
Debido a la movilización que se realizó en las primeras horas de ayer, los camiones urbanos y los taxis colectivos suspendieron sus corridas y al menos 15 escuelas cancelaron las clases.
En tanto, en las comunidades de Buena Vista de la Salud, El Ocotito, Cajeles y Mohoneras, de Chilpancingo, también se suspendieron clases en planteles debido a que a las 7 de la mañana, un grupo de autodefensa de la Unión de los Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) fueron emboscados en dos ocasiones por hombres armados en Buena Vista de la Salud y en represalia fueron incendiadas varias bodegas en la comunidad.
Desde finales de 2017 la UPOEG y el grupo delictivo Los Ardillos disputan el control de esa zona.