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Como un ecocidio han calificado pobladores y ambientalistas la pretensión de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), de continuar con el revestimiento y rectificación de 19.7 kilómetros del Río Tula, donde se talarían nueve mil árboles, esta es una de las regiones más contaminadas del país.
Luego de que se derribara un centenar de ahuehuetes, sauces y sabinos, la presión ciudadana ha sido constante y, a través del alcalde de Tula, Gadoth Tapia se solicitó a la Conagua la suspensión total de la obra.
El proyecto forma parte complementaria de la planta tratadora de aguas residuales que se construye en Atotonilco de Tula, que pretende sanear las aguas negras que provienen de la Ciudad de México y Estado de México con las que se riegan más de 130 mil hectáreas de cultivo de 27 de los 84 ayuntamientos.
Se calcula que la capacidad de saneamiento que tendrá esta presa considerada uno de los proyectos hídricos más importantes es de 35 metros cúbicos por segundo, para beneficiar la salud de 700 mil personas.
El dragado y en algunos puntos el revestimiento con concreto que se busca es para que el río tenga una mayor captación de aguas negras para desembocar en la planta.
Sin embargo, los vecinos señalan que no hubo ningún tipo de socialización del manifiesto de impacto ambiental, además de que esta obra contribuirá a una mayor degradación del ambiente al talar árboles que tienen hasta un centenar de años.
El dirigente de la Sociedad Ecologista Hidalguense, Marco Antonio Moreno Gaytan, lamentó que se busque hacer del río un drenaje al pretender su revestimiento, esto se deriva del crecimiento de la Ciudad de México donde se tiene un mayor volumen de agua de los drenajes, por lo que se quieren enviar a Hidalgo.
“Los vecinos nos cuentan que entre las tres y cinco de la mañana es cuando aumentan el caudal”, señaló el activista, quien además acusó que las autoridades como la Conagua han filtrado entre los campesinos la idea de que si las aguas se sanean de negras a grises ya no habría rendimiento de los cultivos.
Eso es falso hay muchos estados que no usan aguas negras y el rendimiento productivo es mayor, actualmente en esa zona del estado se alcanza un promedio de 12 toneladas de maíz, mientras que en el norte es de 20 toneladas, asevera el también activista Francisco Cheuw.
La obra de revestimiento y rectificación del Río Tula estaba planeada de culminar en el 2018 y se invertirían mil 400 millones de pesos. Con la oposición de los vecinos se envió a Conagua un documento para detener la obra y los pobladores iniciarán un marcaje de árboles para evitar que se talen de manera clandestina.
Algunos pobladores señalan que han sido entre 100 y otros 800 los árboles talados, por lo que se busca hacer inventario de estos.