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La alianza PRI-PVEM, que llevó al poder a Enrique Peña Nieto y que fue determinante para que el priísmo ganara los recientes comicios del Estado de México, se tambalea. Desde Chiapas, donde gobierna el Verde con Manuel Velasco, ha iniciado un movimiento para exigirle a la dirigencia nacional de su partido que no negocie otra alianza con el PRI y que en 2018, los candidatos verdes “vayan por sí mismos a conquistar las elecciones y a convencer ciudadanos”, tanto en las 9 gubernaturas que se renuevan el próximo año (incluida la chiapaneca) como en la elección por la Presidencia de la República.
“Llego la hora de superar la simple aritmética electoral… Legó la hora del Verde… el partido tiene cuadros probados y de experiencia para presentar un candidato 100% Verde a la Presidencia de la República”, señalan en un desplegado que se publica hoy en un diario de circulación nacional, 19 diputados federales y locales del PVEM, así como 57 alcaldes de ese partido que gobiernan en municipios de Chiapas. “Así como el Partido Verde en #Chiapas tuvo la capacidad de lograr el 45 por ciento de la votación Federal con más de 700 mil votos en el 2015, también puede hacerlo a nivel nacional para ir por sí mismo en las elecciones del 2018”, señalan los legisladores y alcaldes chiapanecos.
La propuesta de que el PVEM no apoye más al PRI en las elecciones presidenciales y estatales del próximo año, significaría romper una alianza que ha funcionado desde 2006, cuando los Verdes apoyaron la fallida candidatura de Roberto Madrazo. Hoy el desgaste de las dos marcas hace que tanto en el gobierno y en la cúpula priísta, como en las propuestas que surgen desde Chiapas, se considere que a los dos partidos les conviene más ir solos en 2018. Hay incluso voces en Los Pinos y en Insurgentes Norte que le dicen al Presidente que la alianza con el partido del Tucán “ya no aporta votos en porcentajes significativos” y que podría convenirle más a los priístas que hubiera un candidato verde en la elección presidencial que ayudara a fragmentar el voto opositor.
Sin embargo, la experiencia reciente del Estado de México, podría contradecir a los estrategas de Los Pinos que hoy desprecian al aliado que ayudo a Peña a ganar la Presidencia. Es cierto que en los comicios mexiquenses los verdes apenas alcanzaron 72 mil votos, pero también es una realidad que sin esos votos del PVEM, sumados a los del PES y Nueva Alianza, el PRI hubiera perdido y Delfina Gómez le habría ganado a Alfredo del Mazo, precisamente con poco más de 70 mil votos. ¿Quién entonces necesita más a quién?
El hecho es que no es casual que la rebelión verde provenga desde Chiapas, el único estado que gobierna actualmente ese partido, con Manuel Velasco. Las disputas internas en el PRI chiapaneco y el intento de imponer la candidatura del senador Roberto Albores Gleason para la gubernatura en 2018, provocó que en el Verde se molestarán no sólo porque consideran que tienen más votos y fuerza ellos que el PRI en el estado, sino porque la polémica figura de Albores y las divisiones que genera en el priísmo, no se ven como una opción ganadora para el gobernador Velasco que tiene todo el interés de definir la sucesión en su estado.
Por eso en el desplegado de hoy los verdes destacan que en Chiapas su partido pasó de gobernar tan solo 4 municipios en el 2001 a ganar la gubernatura en el 2012 y volvió a ganar 59 municipios en el 2015 que representan 3 millones 500 mil chiapanecos. Con esas cifras exigen un “candidato a gobernador surgido de nuestras filas” y rechazan “una candidatura que no sea propia”.
Detrás de ese desplegado hay varios mensajes: primero, que el PVEM ya no ve al PRI como un aliado atractivo, con el fuerte desgaste de ese partido y del propio presidente Peña Nieto; segundo, que romper la alianza no significa que los verdes dejen de jugar del lado del priísmo en 2018, si con un candidato propio ayudan a fragmentar el voto opositor y de esa forma ayudan a un candidato priísta; tercero que Manuel Velasco sí está pensando en ser candidato presidencial y cuarto, que el mismo gobernador chiapaneco no está dispuesto a cederle al PRI la candidatura a gobernador de Chiapas que, por votos y por fuerza, le corresponde a su partido. Ahora la pregunta es: ¿podrán los dos aliados de los últimos 11 años sobrevivir el uno sin el otro?
NOTAS INDISCRETAS… Los lectores de señales en la política mexicana, que son muchos, ven que “ya hay definiciones” en el PRI, o al menos en Los Pinos, rumbo a 2018 y que éstas favorecen al secretario de Educación, Aurelio Nuño. ¿Será por eso que Nuño aparece todos los días, con cualquier pretexto, programa o declaración en los medios y que algunas plumas cercanas al poder empiezan a hablar de su candidatura? ¿Será por eso que al titular de la SEP sus asesores le pintaron canas por aquello de que se veía chiquito en el despacho de Vasconcelos?... Se detienen los dados. Otra serpiente.
sgarciasoto@hotmail.com