Justo cuando se anticipaba a decir que su partido “no recibe dinero de corruptos”, a Andrés Manuel López Obrador se le cumplió su peor presagio. La aparición de un video donde la diputada de Morena, precisamente en Veracruz, Eva Cadena, recibe dinero en efectivo (500 mil pesos) de una mujer no identificada, coloca al dirigente y aspirante presidencial en una tormenta mediática y política que, por primera vez en mucho tiempo, le quita la iniciativa y lo coloca a la defensiva tanto en los comicios estatales de este año como en la adelantada sucesión presidencial.
Por más que López Obrador acuse que a su diputada le pusieron “una trampa” y argumente ofensivas de “la mafia del poder ”, o por más que en su partido nieguen cercanía con la legisladora veracruzana —a quien él abraza y defiende en un mitin en Las Choapas, por las mismas fechas que ella recibió el medio millón “para López Obrador”—, la contundencia de las imágenes y el audio del video obtenido por EL UNIVERSAL no deja dudas de la entrega de esos recursos, aceptada de total conformidad por la candidata de Morena, que dice que los entregará a su líder nacional.
Es cierto que 500 mil pesos parecen poco comparado con otras entregas ilegales de recursos —como los mil millones de pesos que, él mismo refiere, le dio el gobierno de Peña Nieto a Josefina Vázquez Mota, o incluso los mil 500 millones que Javier Duarte se ufanaba de haber dado a la campaña peñista; pero la discusión no es sobre montos o quién es más corrupto a partir de la cantidad de dinero ilegal que recibe: el hecho contundente es que, cuando López Obrador pregonaba que ni él ni su partido recibían dinero “de corruptos”, a una diputada de su partido la grabaron recibiendo recursos ilegales y aceptando ser “conducto” para dárselos a él, cosa que no se sabe si finalmente ocurrió.
Y aunque la reacción en Morena fue inmediata al cancelar la candidatura de Cadena, López Obrador necesitará más que un video para parar el escándalo. Debe investigar a fondo si, como Eva, a la que defendía y negaba con su “dedito” que fuera corrupta, no tiene en su partido otros dirigentes, legisladores o candidatos susceptibles de caer en “trampas” y recibir dinero dudoso por “donaciones al movimiento”. Porque si hay otras “Evas” o “Adanes” dentro de Morena, el golpeteo contra el puntero en las encuestas será inmisericorde. No basta que él lo niegue y sus fieles le crean; el daño entre simpatizantes puede crecer si no hay acción o explicación clara del dirigente y aspirante a 2018.
Tampoco se trata de desgarrarse las vestiduras, como hizo ayer el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa, que aprovechó la balconeada morenista para apuntar su dedo flamígero hacia la corrupción ajena, exigir “investigaciones” y hasta pedir la renuncia de su dirigente, cuando el priísmo no explica aún porqué toleró y tapó la corrupción de Javier Duarte por más de 5 años o la de César Duarte, la de Roberto Borge o la de Emilio Lozoya, ex director de Pemex exonerado ayer de juicio político por diputados del PRI, los mismos que protegieron al chihuahuense Antonio Tarim para que no fuera detenido y que hoy se niegan a desaforar al ex secretario de Finanzas de Duarte, Tarek Abdalá.
Pero sin duda López Obrador debe bajarse de la nube y dejar de creer que su sola palabra o la ausencia de riquezas y propiedades que pregona, desactivará la posible existencia de casos de corrupción en su partido. Suponer que porque él no se corrompe tampoco lo hacen todos los que le rodean —con orígenes tan diversos de los integrantes de Morena— es un error que ya cometió como jefe de Gobierno del DF, cuando creyó o, al menos eso dijo, que René Bejarano no se corrompía ni pedía dinero a su nombre a Carlos Ahumada y otros empresarios. ¿Volverá a tropezar con la misma piedra?
NOTAS INDISCRETAS... Cada vez son más fuertes las versiones atribuidas a supuestos “cercanos a Duarte” que aseguran que el hoy preso en Guatemala tiene lista toda una videoteca con filmaciones de muchos amigos, aliados y hasta opositores a los que les dio dinero para financiar campañas o proyectos. Y la lista de videograbados, dicen, es amplia y va desde candidatos del PRI (incluyendo presidenciales) hasta diputados opositores en su estado o abanderados también de la oposición morenista. Si eso resulta cierto, preparémonos para los videoescándalos versión 2017… A propósito de Enrique Ochoa, anda tan ocupado grabando videos contra sus adversarios que tal vez descuida la operación interna con el priísmo. Porque en la Fundación Colosio se escucha que varios de los consejeros de ese órgano ideológico del PRI preparan un duro revés para Ochoa y su propuesta de dar la presidencia del organismo a José Murat. “No lo vamos a aceptar; se lo vamos a tirar”, afirma un consejero, que señala que si no hay unanimidad de los miembros del Consejo no se puede nombrar presidente de la Fundación… Agitamos los dados. Segunda Escalera.
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