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Aunque las encuestas en este momento confirmen una histórica caída hasta el tercer lugar de votación nacional y un grave deterioro de la marca PRI, asociado al derrumbe acelerado de la popularidad del presidente Enrique Peña Nieto, la interrogante de quién podría ser el candidato presidencial del partido gobernante se mantiene, aunque hoy se vea casi imposible, a un año cuatro meses de distancia, que el priísmo pueda retener la Presidencia de la República, con cualquiera que sea su candidato.
El debilitamiento ha reducido la lista aspirantes priístas en la carrera presidencial, y según lo que miden y registran los sondeos rumbo a 2018, sólo hay tres prospectos del PRI en capacidad de disputar la candidatura de su partido: Miguel Osorio Chong, José Narro Robles y Eruviel Ávila Villegas.
En el camino se quedaron Luis Videgaray, controvertido canciller que hoy enfrenta el nada fácil reto de sacar una negociación positiva con el hostil gobierno de Donald Trump, que por más influencia y relaciones que presuma, se ve muy complicado que algo bueno salga de las oscuras gestiones del ambicioso canciller en Washington; el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, quien dice a todo el que lo quiera oír que para él “se acabó” cualquier posible aspiración; y el anulado secretario de Educación, Aurelio Nuño, a quien la reforma educativa y las grillas y golpeteos terminaron por engullir y anular, con todo y equipo de experimentados salinistas.
Y si los descartes parecen definidos en el PRI, los encartes también son claros. Miguel Osorio Chong fue por varios meses el priísta mejor posicionado, pero en los últimos meses, a partir del gasolinazo y del agravamiento de los problemas de inseguridad y violencia en el país, el secretario de Gobernación ha sufrido una caída notoria en las encuestas, que hoy lo colocan en un cada vez más lejano tercer lugar, con porcentajes de intención del voto que van del 10 al 16% según el sondeo.
El debilitamiento de Osorio ha coincidido con el crecimiento del último aspirante encartado en el PRI y que promueve una corriente de priístas que lo ven como “la opción” para revertir el desgaste de la marca tricolor. Es el secretario de Salud, José Narro Robles, a quien promueven ahora incluso priístas que antes apoyaron a Osorio. “Es el único que podría refrescar al partido y su perfil no partidista, académico y con buena aceptación social, puede significar la única posibilidad que nos quede”, dice un ex gobernador y miembro del gabinete federal. Algunos sondeos ya colocan a Narro, en careos entre priístas y con militantes de ese partido, por encima de Osorio.
El tercer aspirante que aún se mueve en la carrera presidencial priísta es Eruviel Ávila. Aunque su posicionamiento en las encuestas ha mejorado y hoy aparece en varios sondeos al mismo nivel que Osorio y no tan lejos de Narro, el gobernador mexiquense tiene una aduana obligada por la que pasa cualquier aspiración suya a 2018: la elección de junio en el Estado de México. Un triunfo del PRI en el complicado y competido escenario local, lo metería de lleno a la pelea, mientras que una derrota histórica cancelaría cualquier proyecto para el único gobernador que se mantiene en la sucesión presidencial.
Así que, por ocioso que a algunos les parezca, en el río revuelto que hoy es el desgastado PRI, la pregunta sigue viva ¿qué priísta se llevará la misión casi imposible de intentar al menos que su partido meta las manos en la caída libre rumbo a 2018?
NOTAS INDISCRETAS… Contra rumores y versiones sobre un cambio inminente en el Banco de México, ayer una fuente confiable aseguraba que Agustín Carstens permanecerá en el cargo hasta diciembre de este año, luego de que el Presidente le pidiera posponer su salida anunciada para octubre, mientras pasa la volatilidad e incertidumbre en la economía mexicana. Carstens habría aceptado y el anuncio se hará en las próximas horas, lo que pondría fin a rumores que ya daban nombres para el Banxico, entre ellos el del secretario de Hacienda, José Antonio Meade… Y donde también se desataron los borregos es en el CEN del PRI. Ayer había versiones de que José Murat, ex gobernador de Oaxaca, llegaría a la CNOP en lugar de Cristina Díaz, aunque cercanos a Murat no confirmaban la especie. Porque también se sabe que en las negociaciones del Estado de México, a Ricardo Aguilar, le ofrecieron el sector popular… El único relevo que sí parece confirmado es el de Carolina Monroy en la Secretaría General priísta, a donde llegaría Claudia Ruiz Massieu. A Monroy le espera otra posición, también negociada, y este relevo pone fin a la tirante y tensa relación que siempre tuvieron ella y Enrique Ochoa, quien con Ruiz Massieu tendrá una amiga cercana como segunda de a bordo. De paso, se echan por tierra versiones que habían visto en el maltrato a la ex canciller una señal de ruptura con el ex presidente Salinas… Paran los dados. Serpiente doble. Bajan.
sgarciasoto@hotmail.com