Al interior del PRI cobra forma un movimiento que, a través de una “carta abierta” al dirigente nacional de su partido, Enrique Ochoa Reza, propone impulsar nuevamente, en la próxima XXII Asamblea Nacional —que piden para noviembre de este año— los candados para los candidatos a presidente de la República en 2018 y a gobernador, a quienes piden exigir en los estatutos los requisitos de ser “cuadros del partido y haber ganado previamente una elección de mayoría relativa, ya que —dicen— sólo el escrutinio de las urnas legitima”. También plantean “revisar y ajustar” las reformas del presidente Enrique Peña Nieto, y promover una reforma constitucional que permita enjuiciar al presidente “por corrupción” y permita la “revocación de mandato por causas graves”, como acciones necesarias hacer creíble el discurso priísta contra la corrupción.

La propuesta de militantes del PRI, entre los que figuran ex gobernadores, dirigentes y congresistas, busca recuperar en los estatutos partidistas los candados a candidatos, similares a los que el priísmo le impuso a Ernesto Zedillo en la XVII Asamblea, en septiembre de 1996, como un acto de rebelión en contra del presidente y del grupo de tecnócratas que, sin experiencia en cargos de elección, predominaban en su gabinete. Son los mismos candados que, 19 años después, en la XXI Asamblea de marzo de 2013, fueran eliminados de los estatutos por instrucciones del presidente Enrique Peña Nieto para quitar cualquier requisito a candidatos e incluso abrir la posibilidad de candidatos externos en el PRI.

Los priístas también piden exigir a su gobierno un “cambio urgente” del modelo de desarrollo neoliberal vigente, que en 30 años “ha conseguido que 60 millones de mexicanas y mexicanos se encuentren en pobreza”. Y para que la sociedad crea en el combate a la corrupción que promueve el PRI, piden impulsar una reforma a la Constitución que permita “eliminar la inimputabilidad del presidente por corrupción” y permitir la revocación de mandato “por causas graves”.

Todo eso está contenido en la “Carta Abierta” al dirigente Ochoa Reza, que en estos momentos circula para su firma entre militantes y dirigentes priístas. Uno de los que envía esa carta a sus correligionarios es el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, quien en un correo fechado el pasado 16 de agosto, manda la carta como documento adjunto, y se pide a priístas apoyar y firmar la carta que “hemos estado preparando un grupo de amigos para presentarlo a la presidencia del CEN del PRI”. En dicha carta le recuerdan a Enrique Ochoa su discurso de toma de posesión en el que habló de una “nueva etapa” en el PRI y de “abrir las puertas de la crítica y la autocrítica” y le solicitan definir una fecha el próximo mes de noviembre para celebrar la XXII Asamblea Nacional para discutir esas propuestas.

La pregunta es cuántos priístas firmarán una carta como la dirigida a Ochoa Reza y qué tanto el dirigente impulsaría propuestas que buscan romper el control del Presidente de la República en el PRI, frenar a tecnócratas sin experiencia política en la sucesión de 2018 y terminar con la impunidad presidencial en la Constitución. Ese sería un cambio real e histórico para el viejo priísmo agotado.

NOTAS INDISCRETAS…Dos nombres se escuchan como “seguros” para salir en los cambios que planea el presidente Peña Nieto en su gabinete: el del secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, que dicen se va a una embajada, y el del secretario de Agricultura, José Calzada Rovirosa, de quien no dicen si será enviado a otra posición…A propósito del titular de Sagarpa, en contra de su vocero, Francisco Vallejo, se escuchan toda clase de quejas entre sus subalternos. Desde actitudes de prepotencia y maltrato, hasta que se le ve a veces en estado “inconveniente” en su oficina. Todo, dicen, por el exceso de confianza que le producen sus nexos familiares… Los dados abren con Escalera doble. La semana promete.

sgarciasoto@hotmail.com

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