La alarmante caída en la popularidad y aprobación de Enrique Peña Nieto —que llegó en las últimas encuestas a los niveles más bajos en la historia de las mediciones presidenciales— llevó a los asesores de Los Pinos a idear una estrategia desesperada en la que, con temas y acciones inéditos en el discurso y la agenda del Presidente, que nunca figuraron ni en su plataforma de campaña ni de gobierno, buscan impactar en la opinión pública y recuperar un poco de la imagen y credibilidad que ha perdido este gobierno por temas como la corrupción, la Casa Blanca y el caso Ayotzinapa.
Para ello, los asesores buscan dar un giro al discurso presidencial, ante el agotamiento prematuro de las reformas peñistas que, salvo en el tema educativo, perdieron el efecto mediático al retrasarse cada vez más los beneficios económicos prometidos, sobre todo en el sector energético, ante la crisis petrolera internacional. Con esos nuevos temas y propuestas efectistas pretenden disminuir la intensidad e incidencia de cuestionamientos a un gobierno encasillado en señalamientos de inoperancia, corrupción y comunicación ineficiente.
Así, el Presidente sorprendió primero, hace tres semanas, con una iniciativa para despenalizar el uso de la marihuana para fines medicinales y aumentar el gramaje de la droga permitida para autoconsumo, un tema que sin estar en ese momento en la agenda acaparó de inmediato la atención mediática por sus repercusiones sociales y en la política antidrogas; luego, sacada también de la chistera política, Peña Nieto envió al Congreso una iniciativa que reforma la Constitución y permite, en el artículo 4, el matrimonio entre personas del mismo sexo, como un tema de igualdad de derechos y no discriminación, figura que también propuso incluir en el Código Civil federal para dar plena vigencia legal, en toda la República, a los matrimonios gay, en una propuesta legislativa que le valió reconocimientos de organizaciones y activistas de la comunidad LGBTTTI y defensores de derechos humanos, además del alto impacto mediático que tuvo la iniciativa.
Los anuncios, que han ido aparejados de cambios en la agenda presidencial, en la que el usualmente acartonado y aislado Peña Nieto es sacado de la burbuja en la que ha pasado varios años y lo mismo se toma selfies con travestis y transexuales, que recibe en Los Pinos a comediantes de stand up que lo critican en sus rutinas, son parte de esa estrategia con la que se busca reposicionar la deteriorada imagen presidencial y levantar la baja aprobación, apostando a grupos y sectores que por definición, incluso ideológica, estaban muy lejos de la agenda del gobierno peñista.
El intento de reposicionamiento ocurre en medio de las campañas electorales en 13 estados de la República que el próximo 5 de junio renovarán gobiernos locales, en procesos en los que la irritación y el desencanto social con el gobierno, sumado al desprestigio de varios gobernadores, se reflejan en una intensa competencia entre las alianzas de la oposición y el partido del presidente, al grado que de la meta ideal planteada por el PRI de ganar 9 de 12 gubernaturas en disputa, hoy, a dos semanas de las votaciones, los sondeos arrojan un posible score final para el PRI de 6 de 12 gubernaturas, cifra que sería un retroceso para el gobierno y su partido.
De paso, la estrategia de Los Pinos intenta también romper la idea de un “sexenio acabado”, ante la sucesión presidencial en marcha, y mostrar que, a pesar de los bajos índices de aprobación, el Presidente aún tiene agenda e iniciativa, con temas que provocan un efecto inmediato y a veces hasta polémico en la sociedad. La gran pregunta es si los dos años y meses que le restan al gobierno de Enrique Peña Nieto le alcanzarán para revertir el daño a su imagen y si aún se puede reinventar un Presidente al que muchos ya le colgaron etiquetas, temas y frases lapidarias.
NOTAS INDISCRETAS… El recrudecimiento de la disputa electoral en Tamaulipas confirma que ese estado no sólo vive una inédita competencia por la gubernatura en la que, según sondeos internos, el PRI puede perder por primera vez el poder el próximo 5 de junio y ganar la alianza opositora PAN-PRD. Eso ha hecho que arrecien los ataques al candidato panista Francisco García Cabeza de Vaca y que el abanderado priísta, Baltazar Hinojosa, recurra a asesores expertos en campañas negras. Todo en medio de una elección donde el tema del narcotráfico ronda de manera abierta y también juega en la contienda electoral… Serpiente mandan los dados. Mal tiro.
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