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Ausente por completo en los mensajes del Papa, el tema de Ayotzinapa y los 43 normalistas desaparecidos no pudo pasar el fuerte “blindaje” que el gobierno de Peña Nieto puso en torno al Pontífice durante su estancia en México. Por más intentos desesperados de los padres por acercarse o ser recibidos por él, nunca hubo respuesta de Francisco, que eludió el tema y sólo tuvo una oración por “el corazón sufriente pero resistente de tantas madres, padres, abuelos, que han visto partir, perder o incluso arrebatarles criminalmente a sus hijos”.
Pero aunque no existió en la agenda papal —que se sujetó a la petición directa de la Presidencia para evitar el tema—, Ayotzinapa sigue presente en la agenda social y política de grupos y organizaciones que no aceptan ninguna respuesta gubernamental y siguen clamando por justicia. Culpar al Estado sigue siendo la mecánica y hubiera sido el contenido de una plática con el Papa que, aunque nunca tuvo posibilidades de ocurrir, por la presión del gobierno al Vaticano, buscaba la ayuda del jerarca católico para terminar de derrumbar la cuestionada “Verdad histórica” sobre los sucesos del 26 de septiembre de 2014.
Porque el Papa no es el único que ha preferido guardar silencio sobre Ayotzinapa. También está Jesús Murillo Karam, a quien se atribuyen todas las fallas de una investigación que, sin embargo, tiene detenidos confesos, pruebas presentadas y un móvil generado desde el crimen organizado en colusión con un gobierno municipal corrupto que orquestaron y ejecutaron la desaparición de los 43 normalistas. La responsabilidad del ex procurador, que ha guardado silencio, es innegable; pero tampoco Murillo fue el único autor de los yerros, omisiones e inconsistencias cometidas en el afán de construir esa “Verdad histórica” que hoy se derrumba.
Detrás de los dichos y afirmaciones que el ex procurador expuso a la nación como “conclusiones” de una investigación, hubo un equipo encargado de la indagatoria y que armó la “versión oficial” que Murillo cometió el grave error de presentar como “cierta”, sin verificar el contenido de lo que le daban sus colaboradores, máxime si él mismo estuvo en la escena del crimen de Iguala en varias ocasiones.
Los otros autores de la “Verdad histórica”. Murillo confió demasiado en personas que le hicieron creer que podían resolver ese incidente —así lo calificaron— “sin mayor problema y en tiempo límite”, para lo cual le pidieron incluso sacar del tema a la misma SEIDO, que no estaba bajo su control. Esos personajes, que construyeron la “Verdad histórica” son: Tomás Zerón de Lucio, Mariana Benítez Tiburcio, Hugo Ruiz Reynaud y Abraham Eslava Arvizu.
Este grupo fue hegemónico en la PGR mientras Murillo fue procurador, y a la cabeza de él está la “todopoderosa” subprocuradora Jurídica y de Asuntos Internacionales y hoy flamante diputada Mariana Benítez. Fue ella quien arropó a Hugo Ruiz Reynaud y a Abraham Eslava Arvizu, ubicándolos en la estratégica Unidad de Lavado de Dinero de la SEIDO, área desde la cuál podían arraigar empresarios y congelar cuentas a su antojo, para después, mediante presiones, obtener jugosos porcentajes, todo en combinación con la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda a cargo de Alberto Bazbaz Sacal, el polémico ex procurador mexiquense del caso de la niña Paulette.
Existe incluso una circular oficial de aquella época en la que se autoriza al titular de la Unidad de Lavado a generar la incautación y en su caso liberación de cuentas sin que medie autorización del subprocurador de la SEIDO. Ese poder, otorgado por la subprocuradora Benítez, fue ejercido sin miramientos por Ruiz Reynaud y Eslava Arvizu, siempre con la “operación de inteligencia” incondicional de Tomás Zerón.
Una prueba de esas maniobras financieras desde la PGR, se descubrió recientemente con la detención de una directora general y otros ministerios públicos federales y fiscales capturados en flagrancia por extorsión a un empresario. Los detenidos eran parte del equipo de Reynaud y Arvizu en la Unidad de Lavado, al igual que muchos otros agentes que aún continúan en activo, heredados por el equipo que dejó la subprocuradora Benítez en la procuraduría.
La consentida de Murillo. La hoy diputada federal siempre presumió la ascendencia que tenía con el procurador Murillo Karam, quien le tenía fe a ciegas y por eso le encomendó casos como el de Elba Esther Gordillo, Oceanografía y Ficrea, entre muchos otros, que luego tuvieron que ser corregidos por personal de la Procuraduría para evitar que les negaran las respectivas órdenes de aprehensión. Fue el mismo equipo que atendió el caso contra Amado Yáñez, a quien se le concedieron privilegios como el arraigo en su lujosa casa de Acapulco, además de permitirle estar en calidad de detenido no en las galeras de la Procuraduría, sino en la oficina del titular de Lavado para no pasar incomodidades.
También el equipo de Benítez se hizo cargo del caso Ficrea, donde aseguraron vehículos de lujo para después devolverlos porque no habían hecho bien el aseguramiento, aunque también hubo versiones de que la procuradora Arely Gómez descubrió anomalías tan graves en ese caso, como que los vehículos asegurados no estaban en resguardo, sino en uso de los funcionarios de la Unidad de Lavado. Varios de esos asuntos de la PGR de Murillo Karam están por caerse, igual que la “Verdad histórica” de Ayotzinapa, por la falta de contundencia de las actuaciones practicadas.
Ese fue el gran error de Murillo Karam, que en su soberbia, se encargaba más de las labores políticas mientras que confiaba toda la parte jurídica a su grupo de colaboradores que creía ciegamente —porque así se lo hacía creer Mariana— estaban plenamente capacitados para conducir las investigaciones. Fue tanta la ingenuidad y la confianza de Murillo que incluso llegó a dejar como encargados del despacho a personajes como Raynaud al frente de la SEIDO, donde apenas duró tres meses antes de ser removido por los escándalos de extorsión a empresarios. Pero cuando eso ocurrió, la diputada Benítez lo rescató y recomendó a Abraham Eslava en Aduanas, mientras que a Reynaud lo colocó en el IMSS. Tomás Zerón, por su parte, se sostiene en la PGR porque ha sabido venderle a la procuradora Gómez y al gobierno federal su supuesta labor de “inteligencia”, que ya fue exhibida y cuestionada en el caso de la fuga de Joaquín Guzmán Loera y los yerros e inconsistencias cometidos en todo ese asunto por la PGR.
Todo ese grupo, bajo las órdenes de Murillo y encabezado por Benítez, se encargó de negociar con delincuentes confesos en el caso Ayotzinapa para que delataran a otros de su organización, nunca se supo a cambio de qué acuerdos. También hubo confesiones arrancadas mediante torturas como lo han externado los detenidos y mucho se ha documentado en los medios de comunicación. Zerón, Reynaud y Eslava lideraron esas investigaciones y fabricaron la versión oficial que después vendería torpemente el procurador Murillo y que hoy se cae a pedazos.
Esos tres personajes movieron a su antojo la procuraduría al amparo de Mariana Benítez, y llegaron incluso a rebatir indicaciones del propio Murillo, quien cuando quiso reaccionar y se dio cuenta de las fallas y manejos de sus colaboradores, ya era demasiado tarde: Mariana logró escaparse con el apoyo del propio procurador para alcanzar la diputación federal, mientras los otros responsables eran removidos y luego rescatados por ella misma y Zerón permanece como sobreviviente “sin mancha” en la PGR. Por supuesto que Murillo es responsable como titular, pero no es el único, aunque aún hoy, con su silencio, encubre a los coautores de su fallida “Verdad histórica”.
Notas indiscretas… Además de la crisis del gasto y los recortes federales, junto con el colapso del sistema penitenciario que se asomó con toda su violencia en Topo Chico, otra cosa que se escondió con el fervor de la visita papal fue la alerta sanitaria por la influenza. 53 muertos en lo que va de la temporada, 19 de ellos en las últimas dos semanas, es un dato que obligó a las autoridades de Salud a reconocer el problema y activar los protocolos sanitarios. Jalisco y la Ciudad de México encabezan los lugares con mayores casos reportados y con más muertes, pero el problema se extiende a todo el país, donde siguen las bajas temperaturas… Se baten los dados. Doble Escalera. Se cierra la semana.
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