Como en el dicho que habla del tamaño de la lengua y de la cola, a Andrés Manuel López Obrador se le olvidó, al criticar las cámaras que castigan a los automovilistas con las repudiadas fotomultas, que la empresa concesionaria que maneja esos radares de velocidad, denominada Autotraffic, fue contratada por él mismo en 2005, cuando construyó el segundo piso del Periférico. Es la misma empresa que ahora el gobierno de Miguel Ángel Mancera ratificó para manejar la tecnología que hace posible las cuestionadas fotomultas que permite el nuevo Reglamento de Tránsito.
La desmemoria y la amnesia de López Obrador tal vez tiene que ver con la clasificación de información que realizó su gobierno sobre los segundos pisos, construidos con recursos públicos entre 2002 y 2005. Aunque el lopezobradorismo se ha defendido de los señalamientos de opacidad y ha dicho que la información de contratos y gastos realizados sí está disponible, en el gobierno del Distrito Federal afirman que buena parte de la información, sobre todo la más detallada, sí fue reservada, y que de hacerse pública evidenciaría indicios de corrupción, sobreprecios y otras irregularidades en la magna obra lopezobradorista.
Es cierto que una parte de los datos sobre lo que costaron los segundos pisos de San Antonio a San Jerónimo en sus distintas etapas sí está disponible en internet. La hoy delegada en Tlalpan, Claudia Sheinbaum, reveló esa parte de la información en una carta enviada al periodista Carlos Marín en 2010, en la que desmentía que todo lo relativo a esas obras se haya clasificado como reservado. De hecho en la dirección http://www.fimevic.df.gob.mx/documentos/transparencia/contratos/obra/ctos_obra_publica.pdf puede consultarse un listado de los contratos y obras realizadas con los montos generales que se pagaron por contrato y las empresas que las realizaron.
De los documentos disponibles en esa página se desprende que el Fimevic (Fideicomiso para el Mejoramiento de las Vialidades) lanzó 11 convocatorias con 71 concursos de licitación para las dos etapas de la obra; la primera etapa consistió en el distribuidor vial de San Antonio —con cinco convocatorias y 42 licitaciones—, que implicaron contratos por mil 97 millones 866 mil 85 pesos. La segunda etapa, que consiste en los cuatro tramos del segundo piso, desde la calle Benvenuto Cellini a San Jerónimo, implicó seis convocatorias más y 29 licitaciones —cuatro se declararon desiertas—, por mil 59 millones 330 mil 629 pesos. La inversión total, según esa información, ascendió a 2 mil 157 millones 196 mil 714 pesos, sin contar el IVA y los costos adicionales por obra no prevista.
El problema es que al interior del GDF se sabe bien que esa no es toda la información disponible sobre lo que costaron y lo que se invirtió en los segundos pisos. Hay mucha más información que sí está clasificada desde 2005 y que si llegara a desclasificarse le provocaría a Andrés Manuel graves problemas de credibilidad por los datos duros que hablan de manejos “turbios o irregulares” en la asignación de contratos y el sobreprecio que se terminó pagando por aquella magna obra.
Así que en una de esas el jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, decide honrar la transparencia que tanto se predica y ordena la desclasificación de toda la información sobre el Distribuidor Vial de San Antonio —como se llamó oficialmente la obra— en sus 15 etapas. Tal vez cuando todo eso salga a la luz, se respondan muchas dudas y preguntas, incluida la que hizo López Obrador en su cuenta de Twitter con un dejo de ironía, pero también de amnesia:“¿De ‘quen chon’ las empresas concesionarias de las multas fantasmas en el DF?”. ¿De veras quiere que se sepa? Que se desclasifique entonces todo sobre el segundo piso. ¿Se animará Mancera?
NOTAS INDISCRETAS… Luego del tremendo zafarrancho internacional que provocó al enfrentarse con el Comité Olímpico Mexicano y el Comité Olímpico Internacional, por tratar de imponer dirigentes en las federaciones deportivas, Alfredo Castillo estaría por dejar la Conade para irse a otra posición del gabinete. Versiones que corren en el organismo deportivo afirman que el titular del deporte y sus 200 cuates con los que llegó ya tienen “listas las maletas” y estarían en espera de que en Los Pinos tomen la decisión. Sus cercanos afirman que Castillo podría ser enviado a dirigir la Policía Federal en sustitución de Enrique Galindo Ochoa. Al menos ahí estaría en un ámbito que conoce y no en el mundo del deporte, a donde sólo llegó a desatar conflictos con sus modos prepotentes y policíacos… Se detienen los dados. Cayó Serpiente.
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