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Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente saliente del máximo organismo empresarial del país, sostiene desde hace semanas discretos encuentros en oficinas públicas y despachos privados en busca de apoyos políticos y económicos. Se presenta como virtual candidato del PRI a la gubernatura de Oaxaca por voluntad, dice, de Los Pinos.
Según los indicios disponibles, el debe su circunstancia a una triple bendición: la de su gremio, la del gobierno de Peña Nieto y, singularmente, la del gobierno aliancista de su estado, que encabeza Gabino Cué.
Heredero remoto de una dinastía empresarial que en los años 70 encabezó su tío Juan José Gutiérrez, Gutiérrez Candiani posee una trayectoria con la complejidad propia de un alebrije oaxaqueño, lo mismo luminosa que oscura. Igual se le describe con destreza política, capacidad de rápido aprendizaje y diestro emisario de los dueños del dinero, que como un empresario alimentado por contratos gubernamentales, y con parientes ligados a negocios turbios.
Gutiérrez Candiani (Oaxaca, 1966), ex presidente nacional de Coparmex (2010-2012), dirige desde febrero de 2012 el Consejo Coordinador Empresarial. Ambos organismos fueron creados para ser contrapeso del gobierno, conservadores y antipriístas, visión que se ha extinguido con las transiciones generacionales, para dar paso a una estrategia pragmática, aliada al régimen más allá de colores o siglas partidistas.
Un producto de esa dinámica es Gutiérrez Candiani, líder empresarial cuyas compañías apenas alcanzan el rango de Pyme, pese a sus conexiones con arcas públicas como las de Oaxaca, uno de sus clientes favoritos.
Tras un largo periodo en el que la sociedad de su estado lo conoció como un junior empresarial, Gutiérrez Candiani inició su proyección política como funcionario en el gobierno estatal de Diódoro Carrasco Altamirano (1992-1998), quien fue subsecretario y luego secretario de Gobernación federal con Ernesto Zedillo (1994-2000). Un viejo amigo de Gutiérrez Candiani, al que conoció hace décadas por la cercanía entre sus respectivos padres, laboró también en aquella gestión estatal: Gabino Cué, actual mandatario oaxaqueño.
La alianza Carrasco-Cué-Gutiérrez Candiani ha crecido con los años. Esa fue la base del impulso observado por el dirigente empresarial, primero a nivel local y luego en las ligas nacionales. A finales de 2011 el entonces secretario del Trabajo, Javier Lozano, declaró haber sido informado por Diódoro Carrasco que el próximo presidente de Coparmex sería Gutiérrez Candiani.
Desde los primeros meses de su gestión se le ubicó cercano al entonces candidato presidencial priísta Enrique Peña Nieto, y en particular a Aurelio Nuño. Se le atribuye a Gutiérrez Candiani la habilidad para convencer a barones del empresariado, como los de Monterrey, que podía ser su operador fiel. Ello lo dotó de la plataforma para buscar la dirigencia del CCE y del aval para colocar primero en Coparmex y en los días próximos en el CCE a Juan Pablo Castañón —otro empresario modesto, aunque habilidoso. Y finalmente, para tener casi en la bolsa la candidatura del PRI al gobierno de Oaxaca.
Para la política estatal la apuesta por Gutiérrez Candiani genera lecturas múltiples. Todavía están a la vista los escándalos protagonizados por su primo, Juan José Álvarez Candiani, y por su cuñado Salvador Monroy, ligados ambos con malversaciones en la venta de medicamentos al sector salud del estado. Monroy fue director local del Seguro Popular. Extraoficialmente se asegura que ambos no han pisado la cárcel gracias a las influencias de su pariente, el líder nacional del CCE.
Dos ex gobernadores, José Murat y Ulises Ruiz, rivales encarnizados, se enfrentan hoy por la sucesión de Gabino Cué. El primero impulsa a su hijo, Alejandro Murat, actual director del Infonavit y hasta ahora el mejor ubicado en las encuestas disponibles. Ruiz busca imponer a Eviel Pérez, senador de minoría y quien desde 2010 ha fracasado dos veces ante las urnas. Pero a Gutiérrez Candiani no le resultará fácil ser un tercero en discordia: si los comicios fueran hoy, dicen los estudios de intención del voto, obtendría menos de 5% de las preferencias.
Los escenarios pueden evolucionar rápidamente. De confirmarse la postulación de Gutiérrez Candiani como abanderado del PRI, ello le atraería apoyos del gobernador Cué, y metería presión contra una alianza del PAN con el PRD. Este último partido prevé avalar al propio Cué para designar candidato, lo que se resolverá entre el diputado federal José Antonio Estefan y el senador Benjamín Robles. De esta manera, el actual gobernador tendría en su sucesor alguien cercano y leal, sea cual sea el partido que gane.
Así será según todas las previsiones, salvo que la apuesta por Gutiérrez Candiani no despegue en las preferencias ciudadanas antes de la postulación formal. Si eso ocurre, no habrá nada escrito y la política oaxaqueña, tan proclive a los enredos infinitos, puede hacer un nuevo rizo.
APUNTES: Emilio Gamboa, líder del PRI en el Senado, y Javier Lozano, presidente de la Comisión de Comunicaciones de esa cámara, quedaron aislados en el esfuerzo por congraciarse, otra vez, con el monopolio televisivo al grado de querer modificar la Constitución para posponer el llamado apagón analógico. La administración Peña Nieto ordenó seguir adelante con el plazo del 31 de diciembre, lo que atraerá mayor competencia y mejores servicios para el consumidor.
rockroberto@gmail.com