Solidaridad con Ricardo Alemán, ante amenazas de criminales.

Aún no cumple un año en el puesto, pero la procuradora general de la República, Arely Gómez, vive horas amargas, plenas de asechanzas, con traspiés notables en temas clave bajo su encomienda. De no existir un giro notable en su desempeño y sus amarres políticos, la olla de ácido que ha sido históricamente la PGR puede cobrar pronto una nueva víctima.

La historia oficial de la detención del capo Joaquín El Chapo Guzmán Loera, la madrugada del pasado viernes 8, está llena de hoyos negros e incongruencias. Pero la procuradora Gómez fue instruida para impulsar una versión que se derrumbó desde el primer momento y la deja en estado vulnerable.

Un video difundido por la Procuraduría, este miércoles, intenta otra “versión histórica” indefendible. Nadie puede ocultar el logro que supone la reaprehensión del criminal más buscado en el mundo. Pero es en estas atmósferas de euforia en las que el periodismo debe hacer preguntas. Y las dudas se van acumulando:

Contra lo informado, la Marina no vigiló la red de alcantarillas por la que escapó el narcotraficante. Se trata de una red nueva, de poco más de un kilómetro en línea recta. Al menos 24 horas después de la evasión, periodistas encontraron en una de ellas un rifle automático, abandonado por Guzmán y su escolta, Iván Gastélum. Las omisiones de los marinos son evidentes.

La historia ofrecida por PGR —que inicialmente erró hasta en el día de los hechos— suprime la existencia de un segundo vehículo robado a mano armada por el capo y su pistolero. La dueña de ese vehículo, un Focus rojo, reportó el asalto y según fuentes disponibles, indicó que uno de sus atacantes podría ser El Chapo. Este reporte quizá haya permitido la detención del vehículo y sus ocupantes.

Contra lo informado, no está claro por qué los policías federales que los detuvieron —al sur de Los Mochis— lograron hacerlo sin violencia y los resguardaron en el motel Doux, a ocho kilómetros de distancia, hacia el norte. Pasaron frente a la ciudad, donde hubieran estado mejor protegidos, pero siguieron de largo. Si ya estaban en la salida norte, pudieron ir de frente unos kilómetros más, hasta la base militar en el vecino poblado de Zapotitlán, pero tampoco lo hicieron. Hay múltiples indicios de una posible negociación en curso.

Los policías no reportaron a la Marina la detención ni el resguardo en el motel Doux. Reportes disponibles y versiones difundidas localmente permiten suponer que sus comunicaciones fueron interceptadas por el Ejército, lo que atrajo a la Marina a la zona. Y que una vez ubicados, hubo un largo regateo entre policías y marinos, hasta que desde la capital del país se ordenó entregar a los capos a estos últimos.

Los problemas de la versión difundida por la PGR de Arely Gómez no se agotan en lo que dice —que se está desmoronando— sino que se extienden a la pobreza que exhibe aún la tarea que le corresponde directamente a la Procuraduría y a su titular.

Por segunda ocasión Guzmán Loera se fuga de un penal de alta seguridad y logra ser arrestado de nuevo. También por segunda ocasión, la autoridad no ha reportado ni ha dado indicios de que tenga declaraciones del capo sobre los implicados en sus evasiones, de las autoridades a las que sobornó, de los empresarios que le ayudan a lavar dinero ni de otros muchos implicados que necesariamente deben existir.

En lugar de ello, todos asistimos a un morboso festín en donde se coloca a una actriz secundaria, Kate del Castillo, como la “cómplice principal” del Chapo Guzmán. ¿En verdad debemos creer que hasta ahí llegan las destrezas de un narcotraficante cuyo cártel opera en 56 países y en al menos 200 ciudades de Estados Unidos, según informes oficiales?

Arely Gómez es considerada en los pasillos del poder en México como una mujer que se ha ido quedando sola, enfrentada a polos de poder como el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y a un sector creciente del PRI. Se le ve operar rodeada de un muy reducido grupo de colaboradores que no han mostrado resultados: su coordinador de asesores, su asesor “externo” Noé Rodríguez Mandujano, y su fiscal para temas de delincuencia organizada. Es posible que a ellos les deba en parte el incómodo momento que vive ahora.

En ese contexto, “fuego amigo” ha empezado a difundir que la etapa de la señora Gómez al frente de la PGR podría estar por concluir. El origen de esas asechanzas es múltiple, pero un foco bien identificado es el equipo de Alfredo Castillo, el todavía titular de la Conade, donde ha puesto a México al borde de ser vetado para las próximas Olimpiadas.

Los días que le restan a Castillo como autoridad deportiva parecen ser muy pocos. De ahí que este pujando, nuevamente, para encabezar la PGR. Ya incendió ahí una subprocuraduría a principios de sexenio, luego la Procuraduría Federal del Consumidor, convirtió a Michoacán en su república barataria, dinamitó la relación con las federaciones olímpicas. ¿Qué más méritos necesita para ser procurador de la República?

rockroberto@gmail.com

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses