No sé ustedes, pero de chiquillo era de mis canciones favoritas: “…los grandotes y los chiquitos”, continuaba diciendo. Y así parece el arranque de la temporada electoral que nos durará catorce meses de aquí al 18. Por lo pronto, todos dicen que van ganando desde ahora o que ganarán al final. Al fin y al cabo y parafraseando al insigne dramaturgo don Luis G. Basurto: cada quien su encuesta.

Este lunes Bajo Reserva de EL UNIVERSAL reveló una ordenada por la Presidencia que reconoce 23.98% de las preferencias para Josefina Vázquez Mota del PAN; 23.86 para Alfredo del Mazo del PRI; 21.37 para Delfina Gómez de Morena; y ya se incluye a Juan Zepeda del PRD con 6.78. También antier se publicaron dos encuestas contradictorias: El Financiero le da la cabeza a Del Mazo con 32; establece que Josefina sigue en 26, pero reconoce el avance de Delfina también con 26 puntos. Admite la llegada a la contienda de Zepeda con 12.

Sin embargo, el mismo lunes SDP Noticias ha publicado su sondeo según el cual la candidata de Morena ya rebasa con 31 al priísta que trae 24 y a la candidata panista rezagada a 18, así como al aspirante perredista en un lejano 9%.

La enorme disparidad en las mediciones ha originado desde ahora polémicas tan encendidas que llevan a la afirmación de que “alguien miente”. Espero que no sea así. Y que después de tan sonoros fracasos, los encuestadores se laven la cara con la verdad. Si son los propios partidos y sus candidatos quienes están maquillando las cifras, allá ellos y sus auto-engañifas que habrán de pagar en las urnas el domingo 4 de junio, en escasos 60 días.

Aunque, más allá de los porcentajes reales o virtuales ya podríamos ir elucubrando algunas reflexiones al arranque de estas campañas por la Madre de Todas las Batallas electorales de este año y antesala inevitable de La Grande, la presidencial en 2018.

Alfredo del Mazo: tiene todo el apoyo de los gobiernos federal y estatal en una elección de Estado abierta y hasta impúdica. A Enrique Peña Nieto y Eruviel Ávila les va la vida: para uno representa la sucesión, para el otro ser el sucesor. Una derrota es tan factible como inadmisible. Del Mazo tendrá que decidir si el aire de familia lo beneficia, lo perjudica o todo lo contrario. Ya se está dando cuenta de que Atlacomulco no es todo el Estado de México.

Josefina Vázquez Mota: es una incógnita; deberá demostrar que sabe navegar no sólo en aguas plácidas sino también turbulentas; si no aclara de una vez por todas lo de los mil millones peñanietistas para su fundación, esa bomba de tiempo pueden activársela a control remoto; tiene que demostrar con fiereza que aprendió de la derrota.

Juan Zepeda: desde ahora ya los dan por muertos a él y a su partido el PRD. Tendría que haber una resurrección milagrosa; jalar todos los votos de Neza y anexas para conseguir un buen número de los 11 millones en disputa.

Delfina Gómez: es ya la gran sorpresa; con la mejor imagen entre el electorado tiene apenas tiempo para que la conozcan y la prefieran la mayoría de los mexiquenses; para ello cuenta paradójicamente con el apoyo formidable del líder de Morena; pero a la vez debe probar que tiene voz propia; y que no practica ni la fonomimia ni la ventriloquía cuando se para al lado de Andrés Manuel López Obrador.

Periodista.

ddn_rocha@hotmail.com

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