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Desde el principio fue un diario incómodo para el poder y comprometido con sus lectores. Nacido en 1916, en los fragores de la Revolución Mexicana y la Primera Guerra Mundial, su fundador Félix F. Palavicini, provisto de un solo teléfono, arengaba en la redacción minúscula: ¡Apúrense muchachos! para terminar el periódico que con 8 páginas a un precio de 40 centavos y un tiraje de 60 mil ejemplares vería la luz aquel domingo 1º de octubre con dos grandes titulares: La Administración de Justicia se restablece en la República y Comienza la lucha electoral en el Congreso Constituyente. Apenas un año después y a causa de su línea editorial inquietantemente crítica, Palavicini fue detenido por militares carrancistas y obligado a vender sus acciones.
En 1996, el gobierno del cuasi priísta Ernesto Zedillo, mandó a 50 agentes judiciales a arrestar por presunto fraude fiscal y sin prueba alguna a su director general Juan Francisco Ealy Ortiz, quien se había consolidado ya como el líder moral del diario que tomó en 1969, salvándolo de la ruina y el descrédito para transformarlo en el más importante del país. Pero, lo más significativo es que ese joven economista logró que grandes escritores y periodistas regresaran o se incorporaran a las páginas del diario. Y todavía más aun, Ealy tuvo el valor inconmensurable en esas décadas, de abrir EL UNIVERSAL a voces tan críticas y combativas como el ingeniero Heberto Castillo que enviaba sus artículos desde la cárcel. Más tarde, El Gran Diario de México fue también precursor de la Reforma Política que le urgía al país al sumar a personajes francamente detestados por el gobierno como Arnoldo Martínez Verdugo y Gilberto Rincón Gallardo, dirigentes del entonces casi proscrito Partido Comunista Mexicano. Siempre gracias a la audacia temeraria de Ealy Ortiz, quien define así la historia de estos primeros 100 años de vida de EL UNIVERSAL: “Es mucho más que una simple cronología de los sucesos que nos han llevado a un lugar de privilegio en el que hoy nos encontramos: es la memoria viva de todo un país; es la historia de una pasión independiente; es nuestra motivación y razón de ser; el espíritu que nos guía y anima y con el que seguimos avanzando cada día; creando opinión pública; asombrándonos junto con millones de mexicanos, de los avances tecnológicos que hemos experimentado; volviéndonos cómplices de los lectores que ven en nuestras páginas el reflejo fiel de sus inquietudes y esperanzas”.
Y a propósito de asombros, hoy hemos de maravillarnos con la fascinante capacidad que ha tenido este centenario medio de comunicación, no sólo para adecuarse sino adelantarse a los tiempos. Con el empuje generacional de Juan Francisco Ealy junior, ha logrado conectar con los jóvenes usuarios de internet y redes sociales hasta alcanzar casi tres millones de visitas cotidianas, más de 100 millones por mes y 18 millones de usuarios únicos; más de 4 millones de seguidores en Twitter y 3 millones en Facebook.
Es por eso que hoy, EL UNIVERSAL puede mirar con plena certeza al futuro y a la vez sentirse legítimamente orgulloso de un pasado que ha contribuido tan generosamente a la construcción de México, como el hecho irrepetible de que en sus rotativas se imprimió en 1917 la primera edición de nuestra Carta Magna que pronto cumplirá también 100 años. ¡Felicidades, de todo corazón!
Periodista.
ddn_rocha@hotmail.com