Baste una ojeada al mapa para darse cuenta de su importancia sustancial. De norte a sur, Tamaulipas y Veracruz son prácticamente todo el Golfo de México y suman una cantidad impresionante de ciudades y enclaves estratégicos para la nación en su conjunto.

—Tamaulipas es la frontera más intensa con Estados Unidos. Tiene en Nuevo Laredo el puerto terrestre más importante de América en donde cada año cruzan más de un millón y medio de grandes trailers con exportaciones e importaciones. Añádanse Reynosa y Matamoros, donde se espera una inversión de miles de millones para su nuevo puerto. Y considérese la industria maquiladora que en toda esa zona incluye grandes plantas, lo mismo de General Motors, Ford, BMW y Mercedes, que de Nike, Guess y otras tan atractivas como Victoria’s Secret. En el sur tenemos el gigantesco puerto industrial de Altamira, además de Tampico hermanado con el petrolerísimo Madero. Una zona costera con impresionantes volúmenes de captura de jaiba, lisa, camarón y trucha. Ni qué decir de la riquísima zona agrícola de El Mante, que hoy tiene el primer lugar de producción nacional de henequén, soya, sábila, chiles y sorgo.

Si revisamos Veracruz y a pesar de sus pesares, encontramos un estado que con sus tres puertos marítimos y cinco de cabotaje, sigue siendo nuestra principal cara comercial a Estados Unidos y a Europa. En conjunto, por ahí pasan el 30 % de carga vía marítima y de contenedores. En el sector petrolero, más que suficiente mencionar Poza Rica, Minatitlán y Coatzacoalcos. En pesca, Veracruz es primer lugar en ostión, trucha, sierra y peto. Y en producción agrícola, también es líder en piña, caña, mango, naranja y papaya. Otro datito más, sólo después del Estado de México y la ahora CDMX, es el tercer estado que más aporta, con más de cinco y medio millones de votos.

Y a propósito de asuntos electorales, hoy se vive en Tamaulipas y Veracruz una guerra feroz por sus gubernaturas de cara al 5 de junio. Y cada uno de los gobiernos, partidos y candidatos, se disputan mucho más que una elección estatal. Lo que está en juego son dos inmensas zonas estratégicas para todo el país. Por citar un solo ejemplo: ¿alguien podrá imaginarse la reforma energética, clave para el gobierno federal, si estos dos estados fueran gobernados por la oposición?

Lo grave es que esta Batalla por el Golfo se está dando en condiciones verdaderamente deplorables:

—En Tamaulipas, donde los cárteles también son gobiernos, los dos principales candidatos se acusan de lo mismo. Baltazar Hinojosa y el PRI recuerdan que Francisco García Cabeza de Vaca estuvo en el 86, preso en McAllen por robo de armas y que tiene vínculos con la delincuencia organizada. A su vez, el panista rememora que Baltazar Hinojosa fue secretario de Educación Pública con el ahora prófugo Tomás Yarrington, señalado como narcogobernante.

—En Veracruz, Héctor Yunes del PRI apenas y soporta el peso muerto de la corrupción escandalosa y desastrosa de Javier Duarte, el actual gobernante priísta. Héctor se encuentra en empate técnico con su primo Miguel Angel Yunes, el candidato del PAN-PRD, señalado cada día como dueño de una riqueza inexplicable de decenas de millones de dólares.

Así que la pregunta es obligada: ¿Se merecen Tamaulipas y Veracruz contendientes como los que hoy disputan esta batalla por el Golfo?

Periodista

ddn_rocha@hotmail.com

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