Más Información
Anuncian instalación de 25 albergues en la frontera con EU por amenaza de deportación masiva; Rosa Icela dialoga con gobernadores
Tras denuncias en Infonavit, revelan fraude en Yucatán; resurge caso del Cártel Inmobiliario de los Mañé
“Todo se debió a un malentendido en la pista de baile. Pasó por una tontería donde una persona drogada pensó que la habían insultado.”
Pero ya estamos arreglados y fin de la historia, dice el abogado Jorge Ricardo García Villalobos, presidente del Consejo Nacional de la Abogacía.
Los agresores volvieron a librarla porque, como es costumbre, sus papás llegaron a un acuerdo para asegurar la impunidad de su maltrecha descendencia.
Unos cuantos días antes, el abogado de las víctimas, Sergio Arturo Ramírez, tuvo voz de profeta cuando dijo de los agresores: “Son muchachos que tienen un estilo de vida que les permite tener este tipo de acciones y quedar impunes.”
No debería sorprender y sin embargo indigna: los abogados de ambas partes construyeron un acuerdo “resarcitorio” para que el asunto permanezca fuera de los tribunales.
A pesar de que se vendió y vendió a sus clientes, Sergio Arturo Ramírez tuvo razón cuando advirtió que, en México, este tipo de violencia suele quedar impune.
No se sabrá por qué 35 alumnos y ex alumnos del Colegio Irlandés llegaron drogados y alcoholizados a la fiesta de graduación del Colegio Cumbres; tampoco serán públicos los nombres de los victimarios.
El abogado Ramírez dijo que se trató de los hijos de empresarios, actores y funcionarios públicos pertenecientes a las altas esferas pero, debido a que se arregló con su adversario, sus apellidos permanecerán escondidos para la justicia y también para la opinión pública.
¿Qué tan importantes fueron las lesiones de los cinco estudiantes todavía convalecientes en el hospital? Ricardo García, defensor de Mirreyes, dijo que eran serias pero no graves. (¡Tramposa manipulación lingüística!) Y sin embargo se trata de lesiones cuya sanación tardará más de quince días.
Por tanto los agresores habrían de ser objeto de investigación penal, pero entre los abogados de ambos bandos hermosearon la historia para que no haya denuncia, ni investigación, ni responsabilidad, mucho menos castigo.
Cómplices todos —víctimas y victimarios, papás e hijos— lograron eludir de nuevo las consecuencias de una enfermedad que en mi país promueve violencia sin cesar.
El problema tiene su origen en la manera como solemos resolver los desarreglos. Probablemente no hay otro término más engañoso en mi tierra que ese de “estar arreglado.”
Arreglado quiere decir, según la etimología castellana original, que algo o alguien es sometido a la regla. Ora que en nuestra cultura significa exactamente lo opuesto. No implica ordenar el caos sino simular, no es legalizar sino normalizar el ilícito, no ayuda a componer sino a falsear.
Vale ponerse a temblar cuando escuchamos frases como: “Ya nos arreglamos,” “la elección fue arreglada,” “está arreglado con la policía,” “arreglado con el Ejército,” o “arreglado con el árbitro.”
El transitivo “estar arreglado” es sinónimo de algo oscuro, corrupto, contrario a la verdad; normalmente sirve para darle la espalda a la ley y las instituciones. Es una fórmula socorrida para colocar a ciertas personas por encima de la norma y sus consecuencias.
El arreglo es el ácido que corroe todos los días al Estado de Derecho.
Estar arreglado tiende a otorgar beneficio a los privilegiados y lastima a los desposeídos. Lo arreglado no tiene reglas, sino excepciones. Es difícil suponer que una persona indígena en México pueda lograr un buen arreglo, o una persona pobre, o una mujer en situación vulnerable.
Estar arreglado es un mecanismo persistente con el que los poderosos imponen su voluntad sobre el resto. Cuando la élite dice preferir un mal arreglo sobre un buen pleito, es porque sabe que en el pleito abierto y legal sería derrotada.
Estar arreglado es trámite perfecto para la discriminación, la corrupción, la ilegalidad y la impunidad. Método que, entre tantos otros, utilizan los abuelos y los padres de los discípulos del Colegio Irlandés, —y que por imitación admirada hacia la más elevada élite nacional reproducimos todos los demás, cotidiana y cínicamente.
ZOOM:
Tú llamas estar arreglado al acuerdo para darle la espalda a la ley. ¿Quién será el primero en mi país que quiera renunciar a esta depredadora simulación?