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Una carta está llegando por estos días al Senado de la República para denunciar la corrupción que prevalece en la Procuraduría General de la República. Supuestamente tiene el respaldo de 200 Ministerios Públicos que no quieren dar la cara por temor a poner en riesgo sus vidas y las de sus familiares.
Este escrito es el segundo que envían para ser escuchados. El primero lo dirigieron al presidente Enrique Peña Nieto el 21 de febrero de este año. Al parecer la respuesta que obtuvieron desde Los Pinos no satisfizo y por eso mandaron ahora una nueva misiva a los senadores Pablo Escudero, Fernando Herrera, Dolores Padierna, Emilio Gamboa y Jorge Ramos, líderes de las principales bancadas en la Cámara Alta.
En ambos textos se exige lo mismo: la renuncia a sus cargos dentro de la procuraduría de Gilberto Higuera Bernal y de Martín Camberos Hernández.
Gilberto Higuera es el subprocurador de Control Regional de Procedimientos Penales y Martín Camberos el Coordinador de Supervisión y Control Regional. Entre ambos gobiernan las delegaciones que la PGR tiene en los estados de la República. Son quienes nombran a los delegados, subdelegados, jefes y demás personal que procura justicia en todo el país, a propósito de los delitos federales, como por ejemplo el crimen organizado.
Gilberto Higuera Bernal figura con frecuencia en público porque suele declarar cuando hay un político de peso perseguido por la PGR. Fue vocero de esa institución cuando al ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, cayó preso y también cuando el líder de la CNTE, Rubén Núñez, pasó una temporada en la cárcel. También ha estado detrás de las detenciones de Javier Duarte y Roberto Borge.
Después de una carrera larga dentro de la Procuraduría, Higuera y Camberos han hecho seguramente muchos enemigos. Podría por tanto suceder que las misivas citadas tengan como autor intelectual a alguno de sus adversarios.
Sin embargo, los supuestos firmantes aseguran ser personal de la PGR y dicen que no descansarán mientras la corrupción denunciada no sea tomada con seriedad por las esferas más altas del Estado mexicano:
“Esta lucha que hemos emprendido apenas es el comienzo y no nos daremos por vencidos hasta lograr la salida de PGR de Gilberto Higuera Bernal y Francisco Martín Camberos Hernández, Subprocurador y Coordinador de Delegaciones de PGR.”
En los escritos se acusa a ambos funcionarios de la PGR de haber montado una poderosa red de protección para favorecer a distintas empresas del narcotráfico:
“Están vinculados con el crimen organizado … (que) semanalmente hace llegar a LOS DELEGADOS, subdelegados o enlaces de PGR cuantiosas cantidades de dinero a cambio de que se hagan la vista gorda … cuando son detenidos algunos de sus miembros y turnados a la PGR, se les ayuda y orienta como declarar … sobre todo en las delegaciones de los estados que colindan con los Estados Unidos …”
Los textos insisten con que sus autores tienen pruebas abundantes pero no darán la cara porque: “al hacerlo tendríamos que dar nuestros nombres y nos delataríamos y … como venganza ordenaría(n) al crimen organizado con los que están coludidos y estos fácilmente nos matarían.”
De ser genuina, la delación a la que habrían acudido estos agentes sería legal porque está prevista por el código de conducta de la PGR donde se ordena a su personal identificar y denunciar toda forma de corrupción y conflicto de interés.
Zoom:
Si, en efecto, hay 200 agentes federales del ministerio público dispuestos a hacer una revolución dentro de la PGR aportando información y pruebas verdaderas sobre una supuesta red de protección a favor del crimen organizado, el país se encuentra en la antesala de un nuevo y estrepitoso escándalo de corrupción.