La cigüeña decide injustamente muchas cosas en nuestro país y una de ellas es el contexto de violencia donde a los mexicanos de hoy les está tocando nacer. Los futuros padres deberían exigir que esa ave encaminara su vuelo hacia Aguascalientes, Yucatán, Querétaro, Tlaxcala o Campeche. En cambio habrían de evitarse los alumbramientos en Guerrero, Sinaloa, Baja California, Chihuahua, Michoacán, Guanajuato o Veracruz.

Considerando la cifra de asesinatos —según el Sistema Nacional de Seguridad Pública— la primera lista de entidades corresponde a los territorios pacíficos del país. En contraste, dentro de la segunda se hallan los estados donde muere más gente de manera violenta. (La estadística corresponde a los datos registrados durante los primeros meses de 2017).

¿Qué hace de Aguascalientes un lugar seguro para nacer? ¿Por qué Guerrero es una máquina devastadora de vidas humanas?

En México los especialistas se rebanan los sesos tratando de explicar las razones de la violencia. Las variables más comunes de los estudios sobre el tema son la educación, la pobreza, la desigualdad, la presencia de fuerzas militares, las rutas de trasiego de droga, la corrupción, la proximidad con la frontera, la presencia de cárteles criminales y así un largo etcétera.

Cabe sin embargo hacer notar que hay poco trabajo de análisis a propósito de las regiones pacíficas mexicanas. Y sin embargo, tan importante para comprender las razones de la violencia habrían de ser las variables que llevan a la paz.

¿Por qué Aguascalientes, Yucatán, Querétaro, Tlaxcala y Campeche muestran el menor número de homicidios dolosos —asesinatos— dentro del territorio mexicano? ¿Qué tienen en común? ¿Qué han hecho bien sus poblaciones y sus autoridades? ¿Qué de su experiencia es replicable?

Cabe decir que las entidades pacíficas no exhiben resultados educativos similares, tampoco son igualmente ricas, no muestran indicadores parecidos de pobreza, ni de desigualdad.

Es cierto que ninguno de estos estados se halla cerca de la frontera norte mexicana pero están localizados en regiones muy distintas. No sería tampoco preciso asegurar que por su territorio no atraviesa la droga porque Querétaro es el corazón neurálgico de las carreteras del país y porque los estados de la península yucateca tienen historia que contar a propósito del tráfico de estupefacientes.

Hay sin embargo una variable que sí comparten: orografía. Cuatro de las cinco entidades mencionadas poseen un paisaje casi plano que ha permitido el desarrollo eficiente de vías de comunicación. No hay comunidad en Tlaxcala, Aguascalientes, Campeche o Yucatán que esté aislada. El caso de Querétaro es distinto porque dentro de esa entidad se encuentra la Sierra Gorda, y por tanto el acceso a ciertas poblaciones podría ser complicado. No obstante, más del 90 por ciento de los habitantes queretanos viven en la parte baja de esa entidad, que es la mejor conectada.

Siguiendo esta reflexión cabe hacer notar que Guerrero, Sinaloa, Chihuahua, Michoacán o Veracruz tienen en común el problema opuesto. Cuentan con cientos de comunidades a las que es complicado acceder. Se trata, desde luego, de un problema cotidiano para los pobladores pero también para que las autoridades legales aseguren el control del territorio.

No sorprende que en esas regiones el Ejército tenga mayor presencia. Es la única expresión del Estado con capacidad para moverse entre localidades apartadas. En el extremo del
aislamiento se halla Guerrero. Para viajar dentro de esta entidad pueden requerirse todavía más de dos días en el lomo de una mula.

El fenómeno de la violencia obliga a reconocer que el Estado mexicano no ha estado a la altura del desafío que le impuso la geografía nacional. Ahí donde salió barato comunicar a las poblaciones hoy hay control territorial de la autoridad legal. En cambio, donde la orografía venció sobre las vías de comunicación, la violencia sigue imponiéndose.

De la mano de la incomunicación viene luego la posibilidad de cultivar o de transportar droga. Por eso Chihuahua, Guerrero o Sinaloa han sido lugares tradicionales de cultivo y Veracruz, Baja California o Michoacán rutas preferidas para el trasiego. La orografía podría también ser la explicación de la presencia o de la ausencia de las empresas criminales.

ZOOM: La paz explica algunas veces más cosas que la violencia. Es un acto responsable preguntarse por qué mientras Aguascalientes es la entidad más pacífica del país, Guerrero se ha convertido en un infierno de violencia.

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@ricardomraphael

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