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Hay algo en la historia oficial que nos cuentan sobre la detención de Javier Duarte que nada más no cuadra. Cabe que una estupidez enorme haya gobernado las neuronas de la familia Duarte Macías y por eso diez personas se metieron al mismo tiempo en la boca del lobo dejando antes señales de neón para que los persiguieran.
Aunque también podría ser que el encuentro en el lujoso hotel del lago Atitlán, de esta familia perseguida, haya sido parte de un arreglo negociado para la entrega a la justicia mexicana del ex gobernador de Veracruz.
Los argumentos de la sospecha tienen que ver sobre todo con el viaje que realizaron desde la ciudad de Toluca hacia Guatemala ocho familiares de Javier Duarte. Entre esas personas se contaban sus tres hijos: Javier, Emiliano y Carolina —de 14, 10 y 4 años respectivamente.
No se necesitaría ser Sherlock Holmes para vigilar a los descendientes de Duarte con el propósito de dar con el paradero de su padre. Cada uno era una flecha obvia en la ruta de localización.
Pero los tres muchachos no viajaron solos. Iban acompañados también por Mónica Macías Tubilla y María Virginia Tubilla de Macías, cuñada y suegra del ex gobernador. Las dos mujeres fueron acusadas el año pasado por la Procuraduría General de la República (PGR) por los delitos de delincuencia organizada y lavado de dinero. Aunque libres en estos días, esas dos señoras traen desde entonces un letrero sobre su cabeza que también instruye a la policía para seguirlas. Eran pista lógica inclusive para el policía más principiante.
Junto con estos cinco familiares de Javier Duarte viajaron otras tres personas cuyo apellido es también Macías, todas cercanas a Karime Macías Tubilla, ex primera dama del gobierno de Veracruz.
En total ocho letreros inmensos con forma de persona que gritaban: ¡persecución!
En México tenemos policías corruptos pero no idiotas. Justo a la hora en que ese avión despegó comenzó a avanzar el reloj de la prisión donde estará encerrado el ex gobernador.
Lo que antes se dijo de la policía podría decirse también de la familia Duarte Macías. Son corruptos pero no tontos. ¿Entonces por qué se encaminaron todos a la trampa que les estaban tendiendo? ¿En qué cabeza ingenua cabe disfrutar un fin de semana con un sujeto perseguido en más de 150 países por la Interpol y suponer que el prófugo saldrá bien librado?
La hipótesis alternativa, que solo por más coherente me atrevo a compartir con el lector es la siguiente:
Javier Duarte de Ochoa decidió entregarse porque constató que en sus condiciones sería imposible seguir huyendo. Después de 186 días de prófugo lo más lejos que Duarte logró llegar fue a Guatemala; asumió entonces que el cerco sobre él y su mujer no tardaría en cerrarse.
Un deseo pidió entonces el condenado. Pasar la semana de asueto con sus hijos, en libertad y por última vez. También convino que en la charada de su detención Karime Macías, su mujer, no atravesaría por la vergüenza de una imagen humillante. Quizá por ello solo Javier Duarte fue capturado en vivo y en directo por la Interpol y la Policía Nacional Civil de Guatemala.
El periodista Carlos Loret de Mola hizo pública una historia que podría ser alternativa. Dio a conocer información sobre un intento del ex gobernador por rentar un avión que lo llevaría a Europa. Comunicó también que la compañía aérea referida denunció la operación porque le pareció ilegal el modo de proceder del contratante: quería pagar 40 mil dólares en efectivo.
No hay corroboración del hecho pero esta anécdota no sería excluyente con lo aquí narrado: cuando Duarte y su esposa Karime constataron que estaban atrapados, en vez de rentar un avión pagaron por varias habitaciones en el hotel la Riviera de Atitlán, para disfrutar unos cuantos días como familia normal, previo a entregarse a la autoridad mexicana.
ZOOM: Cuando las historias no cuadran los periodistas, como cualquier otro ser humano, nos podemos permitir la especulación. En este caso caben dos hipótesis: o bien, además de corrupto Duarte es un imbécil, o el ex gobernador negoció con el gobierno mexicano un último deseo antes de entregarse.
Una pregunta quedaría pendiente: ¿qué más ofreció el ex gobernador a la PGR? Hasta aquí las especulaciones permitidas el día de hoy.
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@ricardomraphael