“Yo voy a ser gobernador de Nayarit y a ti te va a cargar la chingada,” advirtió Hilario Ramírez Villanueva, alcalde de San Blas mejor conocido como el amigo Layín. Se trata del mismo político que reconoció haber robado poquito y también del sujeto que en una fiesta de cumpleaños, frente a 50 mil personas, exhibió la ropa interior de la mujer con quien estaba bailando.
La víctima de la amenaza dice que Layín iba acompañado por 20 hombres armados y también por agentes de la policía municipal. Se trata de Alberto Sánchez Cruz, una especie de Brozo nayarita, a quien emboscó ese nutrido convoy cuando el cómico conducía hacia la playa El Borrego acompañado de sus hijos.
El motivo de la intimidación fue un corrido satírico que el comediante utilizó para acusar al presidente de San Blas de ser un criminal asociado con la maña.
“¿Tú crees que no te puedo matar aquí?”, preguntó al payaso antes de dejarlo partir con su familia.
No es la única vez que alguien acusó al alcalde de tener negocios oscuros. En marzo del año pasado, Celso Valderrama —máxima autoridad electoral en el estado de Nayarit— dijo que debía ser investigado el origen de los recursos de ese político. “Es sospechoso que disponga de tanto dinero en efectivo,” subrayó.
Hizo Valderrama esta declaración a los medios después de que Layín hubiera arrojado alrededor de cien mil pesos en fajos de billetes, igual a como se hace con el bolo de un bautizo, pero durante la feria estatal de Nayarit.
Este desplante ostentoso se ha vuelto frecuente. Cada vez que Layín hace una fiesta o acude a un evento político masivo lanza cantidades extraordinarias de dinero por los aires, que suelen servir para hacer crecer su popularidad.
Además se ha convertido en un mecenas generoso para los equipos deportivos de su entidad, otorga becas a personas con discapacidad y la semana pasada regaló a la célebre quinceañera Rubí, un automóvil rojo con valor aproximado de 200 mil pesos.
El presidente municipal de San Blas asegura sin embargo que sus ingresos son honestos. En la plataforma Youtube puede consultarse un video —que él mismo produjo— donde presume las instalaciones de la empacadora de mangos que lo volvió millonario.
Cabe que sus negocios sean lícitos, pero él también es autor de su mala reputación. En noviembre de 2015, durante un viaje de proselitismo que hizo a California para visitar a los migrantes nayaritas, declaró en un programa transmitido por la cadena Estrella TV, que para terminar con el narcotráfico lo mejor era llegar a un pacto con los líderes de ese negocio. “El Chapo es como cualquier persona, (es posible) platicar con él y llegar a un acuerdo.”
No había ingenuidad en su convicción, sino conocimiento de causa. A pesar de la indignación que provoca, el alcalde —por segunda vez— del municipio de San Blas, se perfila como uno de los candidatos con mayor probabilidad para ganar la gubernatura de Nayarit en las elecciones del próximo mes de junio.
Anunció desde hace tiempo que se la jugará como candidato independiente. Apenas el viernes pasado, en una fiesta que organizó para más de 12 mil personas, reiteró su propósito. Para que se oyera fuerte pidió a su amiga, la cantante Maribel Guardia, que le ayudara a promover sus aspiraciones políticas. También asistió el baladista Julión Álvarez, quien según el alcalde tampoco cobró ni un centavo para participar en el evento. ¡Qué generosos amigos tiene este señor!
El amigo Layín ha construido un personaje muy eficaz para ganar adeptos en el escenario de la política mexicana contemporánea: un fanfarrón desfachatado, populista, misógino, ostentoso y pendenciero que, sin embargo, encuentra seguidores por donde va pasando.
Un fulano que dejó en bancarrota a su municipio la primera vez que gobernó y sin embargo fue reelecto tres años después, sin importar que —como él mismo confesó— hubiera robado al erario público.
ZOOM: Layín va a ser gobernador de Nayarit a menos que el INE, el SAT, la PGR o la SHCP se apiaden al tiempo de esa entidad. Lo será porque hay gente que está dispuesta a financiarlo y también a votar por él. Y porque esas dependencias acostumbran esperar a que los hampones sean ex gobernadores para proceder contra ellos.
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