A pocas semanas del 26 de septiembre de 2014 —cuando no cumplía un mes la masacre de Los 43—, aquí dijimos que manos interesadas apostaban al debilitamiento de las instituciones y pretendían “tripular” la tragedia de los normalistas con fines político-electorales. La respuesta fue el insulto general.

En los meses siguientes documentamos la grosera manipulación de los padres de los normalistas y el mentiroso discurso que por todos los medios pretendía culpar del crimen de Los 43 al Estado y sus instituciones, sobre todo al gobierno de Peña Nieto.

Todo ello a pesar de que eran contundentes las pruebas de que la tragedia de Iguala se produjo por la complicidad criminal de AMLO, el PRD y Morena con el crimen organizado.

A un año de distancia los “titiriteros” de Los 43 lograron su objetivo. Buena parte de la sociedad mexicana se ha tragado el cuento engañabobos de que la masacre de los normalistas de Ayotzinapa fue un crimen de Estado, en tanto los carroñeros de la política —sean del PRD, Morena e incluso del PAN—, han convertido en bandera de sangre y en renta político-electoral la muerte de Los 43.

En todos los casos y sea en plazas públicas, en cámaras del Congreso de la Unión o sea en los medios, los carroñeros de la política iniciaron un verdadero festín para obtener la mayor renta electorera de la muerte de los de Ayotzinapa. Bueno, en el extremo del cinismo, la desvergüenza y el insulto al sentido común de la sociedad, las bancadas del PRD y Morena en el Congreso abanderan los plantones y tomas de tribuna con el estribillo de “fue el Estado”, en tanto que el PAN inició una silvestre campaña para demandar la intervención de organismos internacionales en torno a la muerte de Los 43.

En pocas palabras, asistimos a la perversidad del juego de Juan Pirulero. Es decir, que cada quien apuesta por la tajada más jugosa; cada cual busca la mayor renta política, la mayor tajada económica o la ventaja electoral para su empresa partidista. ¿Y los normalistas? ¿Y su memoria? ¿Y la justicia?.

¡Al carajo la memoria de los jóvenes sacrificados, al diablo su reivindicación de estudiantes, al demonio la justicia! A nadie le importan. ¿Tienen dudas?

La tarde del sábado 26 de septiembre, durante el acto para exigir quién sabe qué al gobierno de Peña Nieto, apareció “la mano que mece la cuna” en el caso de Los 43. Presenciamos una verdadera perla del oportunismo que confirma lo que aquí hemos dicho a lo largo de un año. Que detrás de Los 43 existe un diseño político electoral.

Desde el templete instalado en el Zócalo y ante no más de 15 mil asistentes, Vidulfo Rosales —dizque abogado de los padres de Los 43, dizque vocero y dizque afectado—, no sólo dijo que el de Los 43 fue un crimen de Estado, sino que en lo alto de la plaza emblema del mexicanismo enseñó el huevo de la serpiente.

Dijo: “Lo reiteramos y ratificamos. El compromiso de los padres de familia de la Normal Rural es la firme convicción de conformar el Frente Amplio que
coadyuve a la transformación radical de este país… porque ya no queremos gobiernos oligárquicos, porque ya no queremos sátrapas que nos sigan pisoteando y despojando”.

¿Qué quiso decir Vidulfo Rosas?

Uno de los “titiriteros” de Los 43 lo confirmó: “Vamos a crear el Frente Amplio para la Transformación Radical del País, luego vamos a crear el Partido de los Pobres”. ¿Y mientras crean su partido, qué van a hacer en la iniciada carrera electoral? “Vamos a apoyar a un candidato independiente en el 18…”

¿No que no? Al tiempo.

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Twitter: @ricardoalemanmx

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