El PRI llevará mañana al pleno de su vigésima segunda asamblea nacional, la propuesta de abrir a ciudadanos simpatizantes su candidatura presidencial para las elecciones de 2018.

La resolución no deroga el “candado” de que el aspirante tenga por lo menos diez años de militancia en el partido, pero lo abre, en los hechos, al dejar en manos de su Comisión Política Permanente (de la que forma parte el presidente Peña Nieto), la decisión de postular a un externo.

De aprobarse la propuesta, votada el miércoles en Campeche tras un debate de solo 20 minutos, con dos oradores en contra y seis a favor, quedará en claro que fue dedicada, por lo pronto, a un solo hombre: José Antonio Meade.

Esto no significa que el hoy secretario de Hacienda vaya a ser, necesariamente, el candidato presidencial del tricolor. Lo que sí deja clarísimo es que salvan a Meade de un impedimento real para que sea él, si así se decide.

De los suspirantes priístas hasta hoy mencionados, Meade es el único que no cumple con el requisito de diez años de militancia. Es más, ni siquiera es militante del tricolor. Sí lo cumplen los demás: Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray, José Narro, Enrique de la Madrid y hasta el más joven de todos, Aurelio Nuño quien milita en ese partido desde 2004.

Al quitarle a Meade el impedimento, el PRI y Peña Nieto abrirían además su baraja de opciones, para incluir y hasta postular a un ciudadano no militante, que pueda garantizar una victoria salvadora, en momentos en que la caballada tricolor se sigue viendo muy flaca y el otrora partidazo ha caído hasta el tercer lugar en las preferencias electorales.

Si la propuesta se aprueba mañana crecerá, a no dudarlo, la inconformidad de grupos priístas que se han asumido como disidentes y que además exigen abrir la elección de su candidato y cortar el dedo presidencial. Pero nada, muy probablemente, que genere una fractura insalvable en el Revolucionario Institucional.

Sin embargo, el desacuerdo y el rechazo podría verse reflejado en las urnas. Baste reparar en dos ejemplos recientes.

En los comicios mexiquenses de 2011, el hoy gobernador Eruviel Ávila, obtuvo tres millones 18 mil 588 votos (64.94%), mientras que en los de julio pasado Alfredo del Mazo logró dos millones 40 mil 709 votos (33.7%). ¿A donde se fue el casi millón de votos que los dos priístas tienen de diferencia? De acuerdo con un análisis de José Merino y Carolina Torreblanca publicado por la revista Nexos, Del Mazo sólo logró quedarse con 43.2% de las secciones electorales que en 2011 fueron para Eruviel Ávila, mientras que 41.5% de ellas favorecieron a Morena. De lo anterior se infiere que ese voto que migró al partido de AMLO era de priístas inconformes.

En las elecciones de Coahuila en 2011, Rubén Moreira del PRI obtuvo 721 mil 289 votos (60.10%) contra 422 mil 296 (35.18%) del panista Guillermo Anaya, mientras que en las de julio pasado, el candidato del tricolor Miguel Riquelme logró 295 mil 888 votos (33.57%) y el albiazul Anaya 276 mil 661 (31.39%). ¿Para dónde se fueron los 691 mil 701 votos de diferencia que hubo entre Moreira y Riquelme? Por supuesto que al PAN. Y esos votos, a no dudarlo, eran de priístas descontentos. Ya veremos.

INSTANTÁNEAS. 1. MENCHO. En días pasados se logró la detención de un hombre que posee mucha información sobre las operaciones de Rubén Oseguera Cervantes alias El Mencho, líder del Cártel de Jalisco, Nueva Generación. Tiene relación, muy probablemente, con la captura el 20 de julio pasado en Zapopan de Raúl Flores El Tío, requerido por una corte federal de Columbia, Estados Unidos, quien de acuerdo con información divulgada el miércoles por el Departamento del Tesoro estadounidense, involucró en sus enjuagues al futbolista Rafael Márquez y al cantante Julión Álvarez. La semana entrante se conocerá información al respecto.

2. CULPAS. El senador Mario Delgado Carrillo, quien en días pasados alzó la mano como precandidato de Morena a la Jefatura del Gobierno de la Ciudad de México, declaró que el Metro es un desastre y que nunca había estado tan mal. Son inocultables los problemas que ha mostrado el Sistema de Transporte Colectivo por falta de mantenimiento, pero Delgado se muerde la lengua al hacer tal aseveración. El líder del sindicato del Metro, Fernando Espino, recordó que cuando Mario Delgado fue secretario de Finanzas del entonces GDF, retuvo recursos para su mantenimiento, lo que llevó a dejar parados más de cien trenes, además de que endeudó a la Ciudad de México sin resolver el problema del principal medio de transporte colectivo de los capitalinos. Los problemas del Metro no empezaron con esta administración y vienen desde hace por lo menos veinte años.

rrodriguezangular@hotmail.com raulrodriguezcortes.com.mx @RaulRodriguezC

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