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La joven turista argentina, bella y distinguida, quedó en un pasmo. No podía quitar la vista del Ferrari dorado que aguardaba a su dueño en la entrada principal del Casino Montecarlo. Otros paseantes, igualmente atónitos, observaban el lujoso vehículo y preguntaban si el propietario era algún jeque árabe, un extravagante bon vivant multimillonario o un afamado boxeador o futbolista.
La argentina decidió videograbar con el celular y, en eso estaba, cuando dos hombres, cercanos a los 40 años, acaso unos cuantos más, salieron del casino y se encaminaron hacia el ostentoso automóvil. Entre sardónica y envidiosa, se escuchó la voz de un hombre, indudablemente argentina: —¡Mira esos gordos traposos! ¿Es de ellos? ¡Imagina la plata que tienen!
Uno, pantalón blanquiazul con dibujo camuflaje para las nubes y camisa cielo, de esas de corte slim fit que, si panzón eres, te resaltan las lonjas cual embutido, tomó el asiento del piloto. El otro, jeans y playera holgada azul marino, rayas verde-amarillas y mangas rojas, se sentó en el del copiloto. Ya a bordo, activaron el mecanismo descapotable en medio de una exclamación de asombro. Rugió el motor. Los gordos traposos siguieron su camino por las calles de Mónaco.
El video de la argentina irrumpió ayer en el WhatsApp y después se viralizó en otras redes sociales. Al probable dueño, el copiloto, se le identificó en México como José Carlos Romero Durán, hijo del senador y líder del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps. Pero en Brasil, tan agobiado por la corrupción como nuestro país, se le identificó como Luis Carlos da Silva, hijo del ex presidente Luis Ignacio Lula da Silva. La comparación con otras fotografías de los posibles propietarios muestra un mayor parecido, casi inconfundible, con el hijo del sindicalista icónico de la corrupción en México.
Esta versión, por comprobar al cien por ciento, no es inverosímil . Cosa de recordar los muchos y frecuentes episodios en que Romero Deschamps y su familia han ostentado su ofensiva y escandalosa riqueza, proveniente, a no dudarlo, del opaco manejo de recursos del sindicato petrolero.
En 2013, Romero Deschamps ya había regalado a su hijo un Enzo Ferrari rojo, edición limitada que, según se dijo en su momento, costó unos dos millones de dólares (25 millones de pesos a la paridad de entonces), en el que el junior se dejaba ver por las calles de Miami.
El Ferrari dorado que aparece en el video de la argentina (www.youtube.com/watch?v=PUknhgoK8K0), es un modelo California T. Los que no son dorados tienen un precio de lista de 184 mil dólares que, a la paridad actual, equivalen a 3.3 millones de pesos. Los dorados, por supuesto, son mucho más caros. Para que usted se dé una idea, está el ejemplo del Ferrari dorado 458 Spider, con el que el campeón mundial iraquí de boxeo, Riyadh Al-Azzawuiun deslumbró en 2014 a los londinenses. Por él pagó unas 200 mil libras esterlinas (4.3 millones de pesos).
Ha sido legendaria, además, la ostentación de Paulina Romero, la hija de Romero Deschamps, con sus lujosos viajes por el mundo en vuelos privados y con sus perros, joyas y ropa de diseño, reiteradamente presumidos en sus redes sociales.
Apenas el sábado 20 de mayo pasado, se casó con el médico Juan Carlos Rentería, a quien Pemex pagó en 2004 las cirugías plásticas de Hilda Ledezma Mayoral, esposa de Raúl Muñoz Leos, el primer director de la paraestatal en el gobierno de Fox.
La boda de Paulina y Juan Carlos congregó a la clase política del país, igual priístas que panistas, cuyos gobiernos han dado desmesuradas canonjías al líder petrolero, porque su sindicato es fuente inagotable de recursos para financiar campañas políticas, pero también para enriquecer a sus dirigentes. Con ellos se cierra la pinza del tráfico de influencias mediante el cual grupos de poder político y económico obtienen, mediante la reforma energética, concesiones como la que le conté aquí en la entrega pasada.
INSTANTÁNEAS: 1. ENCUESTA. La décimo octava encuesta de la Presidencia de la República para las elecciones presidenciales de 2018 coloca a la cabeza a Morena, por primera vez, con 19.37% de las preferencias, seguido por el PAN con 19.13%, el PRI con 14.96% y el PRD con 7.57%. Los negativos crecen para el PRI (38.9%) seguido por el PRD (16.93%), el PAN (16.48%) y Morena (9.90%). En el careo entre los prospectos mejor posicionados de cada partido, López Obrador se mantiene al frente (29.02%), seguido por Margarita Zavala (24.45%), Miguel Ángel Osorio Chong (16.04%) y Miguel Ángel Mancera (8.76%). En la próxima encuesta ¿le descontará a AMLO la crisis de Tláhuac y los denunciados vínculos del jefe delegacional morenista, Rigoberto Salgado Vázquez, con el crimen organizado?
2. ENCERRONA. Larga fue la que tuvo ayer el jefe delegacional en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, con la dirigencia del Partido del Trabajo, encabezada por Alberto Anaya. Comieron en un privado del restaurante del hotel Imperial de Paseo de la Reforma.
3. DIVORCIO. El que está en marcha es el del PRI con el Partido Verde. El origen de la separación parece ubicarse en Chiapas, donde el gobernador, Manuel Velasco (quien llegó al poder mediante la alianza Verde-PRI), quiere imponer sucesor de entre el presidente del Congreso local, Eduardo Ramírez y el senador Armando Melgar. Pero el tricolor insiste en impulsar la candidatura del también senador Roberto Albores Gleason, hijo de un ex mandatario del estado. Ya le contaré más de este divorcio.