La frontera norte se ha llenado de gente emocionalmente destruida por el miedo a la deportación y por la inhumana desintegración de sus familias, fenómeno atizado durante las últimas dos décadas por la agresiva política antinmigrante de los gobiernos de Estados Unidos y la casi absoluta omisión de los de México.

Si nos aproximamos con la frialdad de los números a lo que ya configura una tragedia humanitaria, encontraremos más argumentos, sustentados en el derecho universal, con los que nuestro gobierno podría reparar su conducta omisa y utilizar como inmejorable herramienta de negociación con el de Estados Unidos, ante el histórico maltrato a nuestros paisanos, hoy más visible que nunca con las agresiones explícitas y xenófobas de Trump.

¿Qué ocurre hoy y cuáles podrían ser los escenarios a futuro?

Las deportaciones de mexicanos durante el primer mes del gobierno de Trump estuvieron cerca de las dos mil, prácticamente el mismo promedio mensual de las realizadas por el de Obama durante 2016, que totalizaron 22 mil.

El récord histórico de deportaciones se registró en 2011 con más de 50 mil, durante el gobierno del “buen” Obama y la gestión aquí del “inefable” Calderón. Después disminuyeron: más de 30 mil en 2014 y 21 mil en 2015, para repuntar a 22 mil en 2016.

¿Tendremos más deportaciones? Sí, en la medida en que Trump aumente la capacidad de detención de indocumentados. Ya anunció que la hará al contratar a diez mil agentes más del ICE y cinco mil más de la Patrulla Fronteriza, pero eso todavía no ocurre.

Mientras, debe atenderse el perfil de los deportados. Ya no son los migrantes que acaban de cruzar la frontera, porque ese flujo está prácticamente en el nivel de la inmovilidad. Las razones: un mercado laboral allá contraído, casi sin contrataciones; una frontera prácticamente sellada por los mayores y más rudos controles impuestos durante los últimos años; una política antinmigrante endurecida desde antes de Trump; y un perfil demográfico de México que cambió notablemente, pues ya no hay tantos jóvenes, como en la década pasada, que veían en la emigración una ruta de salida a la falta de oportunidades. El Colegio de la Frontera Norte estima que el movimiento de mexicanos sur a norte es hoy diez o doce veces menor que hace diez años.

Entonces, ¿a quiénes están deportando? A mexicanos que llevan de cinco a 20 años en Estados Unidos y que, por lo tanto, ya hicieron allá vida y familias. Tienen hijos estadounidenses por nacimiento. De manera que lo grave que ya es de por sí la deportación, se torna cruel e inhumano con la desintegración de las familias. Noventa por ciento de los hijos de deportados que se quedan en Estados Unidos son ciudadanos americanos.

Esto quiere decir que estamos frente a un gobierno, el de Estados Unidos, que está destruyendo emocionalmente a sus propios ciudadanos y, peor aún, a sus niños que, por lo demás, también son mexicanos (por ser hijos de mexicanos) y merecen la defensa y atención de nuestro gobierno.

¿No creen ustedes que una inmejorable herramienta para enfrentar este inhumano sistema de deportación es negociar con Estados Unidos a partir del argumento de que aplica políticas que destruyen a sus propios niños y que semejante conducta podría ser llevada a tribunales internacionales?

INSTANTÁNEAS. 1. REACOMODO. José Murat no irá finalmente a la CNOP. El CEN del PRI metió reversa a lo que parecía un hecho. Será el senador Arturo Zamora el que ocupe esa posición. El ex gobernador de Oaxaca se irá a dirigir la Fundación Colosio, desde donde se armarán las propuestas programáticas del tricolor para 2018. La Fundación Colosio sustituyó lo que fuera el Instituto de Estudios Políticos y Sociales (IEPES), encabezada en diversos momentos por notables priístas.

2. AMENAZAS. La procuraduría de la Ciudad de México capturó ayer a José Castrejón, un joven de 28 años al que se le imputa la amenaza a periodistas y artistas a través de Twitter. Operaba desde Puebla. Amenazó, entre otros, a Denise Maerker, Héctor de Mauleón, Leo Augusto, al caricaturista Alarcón y al comediante Adrián Uribe, entre otros. El jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera siguió muy de cerca la investigación. Cada día recibía un reporte del procurador Rodolfo Ríos Garza. Y es que el asunto podría sentar un buen precedente para frenar a quienes abusan de la libertad de que se goza en las redes sociales para amenazar a otros. Ya lo decía el semiólogo Umberto Eco: “las redes sociales (también) dan espacio a los idiotas y los cobardes”.

3. RENOVACIÓN. Hoy se reúne la Junta de Gobierno del Colegio de la Frontera Norte para determinar quién será su próximo presidente. Quien resulte electo relevará en el cargo al doctor Tonatiuh Guillén, quien realizó un excelente trabajo al frente de la institución. Su sucesor podría estar entre estos tres aspirantes: Manuel Villanueva, Alberto Hernández y Manuel Oropeza.

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