Borges el 8 de diciembre de 1973.
Este close up de Jorge Luis Borges lo capturé durante un descanso de la grabación del programa Encuentros, que conducía el bachiller Gálvez Fuentes durante el primer viaje a México del poeta ciego. Una gran emoción, entonces, para sus admiradores que lo fueron a recibir al aeropuerto coreando su nombre: “¡Borges... Borges... Borgee...!”
Salvador Elizondo escribe Cuaderno de Diario número 57, páginas 155 y 157.
Sábado 14. VI. 86.— (sic) Murió Borges. Hablan de los periódicos para preguntar qué opino. ¿Qué creen que opino a los cinco minutos de que me entero? Les digo que lo siento mucho. Aparte de Octavio Paz, yo soy el único escritor que tuvo un contacto intelectual con él. Paulina se pone furiosa porque digo de chiste que se murió por haberse casado recientemente. Su matrimonio duró poco. Ella se siente aludida. Le digo que haga copias de las fotos que nos tomó.
Domingo 15. VI. 86.— Ganó México a Bulgaria. Anoche tomé una pastilla para dormir y eso me deprime toda la mañana. Después de comer me tomo una copita de ron y eso me hace sentir mejor. Ahora estoy oyendo los toros, pero estoy pensando en Borges. Yo creo que voy a escribir un pequeño artículo sobre él. Los toros y los toreros son muy buenos. Hoy es día del padre. Pablito me regaló una señal de libro. (…)
Bélgica le ganó a Rusia 4-3 en un partido sensacional. Ahora tengo que escribir un artículo largo sobre Borges para el número de aniversario de Vuelta a entregar el 15 de septiembre para el número 120. Lo empezaré a escribir en la página 171 de este Diario. Trataré de demostrar que la poesía de Borges también es prosa. No es difícil.
