Lo mismo escuchamos de tiroteos en la zona hotelera de Cancún y los bares en Playa del Carmen, que de policías ministeriales asesinados y hallazgos de restos humanos en Los Cabos. Sin duda, hay una crisis de inseguridad que afecta a algunos de los más importantes destinos de playa. Y sin embargo, el turismo sigue siendo una de las industrias que más crece en el país. México pasó del decimocuarto lugar en número de visitantes a nivel mundial, al noveno.

Lo de Acapulco es aún más tremendo. Lleva ya varios años de estar entre las ciudades más violentas del mundo y de tener un altísimo índice de homicidios. Y a pesar de todo, nunca le han faltado turistas. Su amplia oferta de servicios, la cercanía con la Ciudad de México y la inigualable belleza de su bahía, han sido aliados cruciales. Pero ni esas ventajas son suficientes si no se contiene la inseguridad.

Esta semana se llevó a cabo el Tianguis Turístico en esa ciudad. Todo un éxito, si se considera que asistieron compradores de 87 países y que la derrama económica que generaron los más de 7 mil visitantes se calculó en 200 mdp, 66% mayor a la del año pasado. Funcionarios y líderes del sector coincidieron en que la inseguridad es un tema que preocupa aún más que las amenazas de Donald Trump. Por ello, empresarios y autoridades trabajan en un plan para proteger a los visitantes. De hecho, el secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, planteó la necesidad de crear un modelo de policía para los destinos vacacionales financiado, en parte al menos, con los impuestos al hospedaje.

Ya hubo una advertencia. Un ejemplo de lo que la inseguridad genera acaba de darlo la  compañía de cruceros Holland America, que canceló ocho llegadas al puerto precisamente por ese problema. Es difícil saber cuántos más han dejado de visitar Guerrero por esa razón.

Ya lo he dicho, pero insisto. La droga es la que tiene sumido a ese estado en la violencia. Un gran paso en el camino hacia una solución es el uso médico de la amapola. No pueden seguirlo posponiendo. El mercado de la heroína es tan sanguinario, como millonario. No reformar la ley en la materia es propiciar que siga creciendo la cifra de muertos. La producción de morfina podría aliviar el dolor de muchos enfermos. También el de los guerrerenses que viven desde hace años con miedo.

EL HUERFANITO. Los gobernadores y embajadores que acudieron al Tianguis Turístico fueron recibidos todos con camionetas blindadas. Hubo el que dijo “No, gracias”, y de cualquier modo tuvo que trasladarse en ellas. El gobierno estatal así lo dispuso. Lo que haga falta para conciliar turismo con inseguridad. El problema es que el blindaje no alcanza para toda la población. Esa sigue expuesta todos los días.

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